En el ámbito de la atención y cuidados que un bebé necesita, no podemos dejar de valorar la aportación del tocólogo francés Frederick Leboyer. Este médico, en una viaje casual a la India, descubrió, maravillado, los masajes que una mamá, Shantala, prodigaba a su hijo. Indagando en la relación que se establecía entre la mamá y el hijo, descubrió los beneficios de esta práctica en el desarrollo psíquico y físico de los bebés. Sin palabras, sin ningún elemento externo, solo la comunicación del corazón.
Anticipando el encuentro
- Crear un espacio y un tiempo para la comunicación que estableceremos con el bebé.
- Seleccionar una música que invite a la relajación, clásica o instrumental.
- Disponer de una colchoneta o manta.
- Tener a mano aceite o crema para bebés (frotarnos las manos con él para evitar que estén fríos el aceite o las manos.)
- Muda de ropita.
- Colocar una toalla debajo del cuerpo del bebé.
- Evitar el uso de anillos, pulseras, reloj o cualquier elemento que pueda perturbar la suavidad de la caricia.
- Anticipar la acción con la palabra y los gestos, para que el bebé sepa que es el momento de los masajes.
- Respetar los deseos y la disponibilidad del niño.
- Establecer contacto con la mirada, piel con piel.
Posiciones que puedes adoptar
- Buscaremos una posición corporal cómoda, que nos permita mirarnos de frente, y nos aseguraremos de que permite la inclinación sin forzar nuestra espalda.
- Colocaremos al bebé boca arriba y nos arrodillaremos a los pies del pequeño.
- Sentados, con las piernas juntas y estiradas, colocaremos al bebé sobre nuestras piernas.
- En posición de «yoga»(piernas cruzadas), colocaremos al bebé en el centro de nuestras piernas.
- De rodillas, colocamos al bebé sobre nuestras rodillas.
Técnicas para el momento del masaje-caricia
Al comunicarnos mediante la piel, al mirar al bebé, comprenderemos por su forma de moverse o de expresarse, qué tipo de movimientos les resulta más o menos agradables. El masaje ha de ser un momento de placer compartido y no hay que limitarse a pautas estrictas, pero sí conocer algunas técnicas básicas de cómo realizarlo. No hace falta aprender técnicas complejas, solo que estés dispuestos a brindar cariño.
Fricción: se trata de masajes muy localizados y se dan con la yema de los dedos.
Enrrollamiento: se realizan círculos envolventes en la zona donde se aplicará el masaje.
Percusión: dar golpecitos rítmicos, continuos y ligeros, como si fueran «gotitas de agua», con la mano ahuecada o con la yema de los dedos.
Estiramiento: se aconseja realizar al final de la sesión, cuando el bebé esta relajado.
Beneficios para nuestro bebé
- Los masajes brindan seguridad, confianza y bienestar.
- Estimulan el funcionamiento del sistema digestivo (contribuyen a la eliminación de gases,alivian los cólicos), circulatorio y respiratorio (equilibran los niveles de oxígeno y estimulan el desarrollo pulmonar al mejorar la dinámica respiratoria)
- Incorporan pautas amorosas de aprendizaje y contacto con lo demás.
- Invitan a sentirse querido, escuchado, comprendido y aceptado.
- Transmiten amor a través de los sentidos.
- Colaboran en la toma de conciencia del esquema corporal.
- Favorecen la tonicidad, la movilidad muscular y la coordinación.
- Eliminan tensiones, tanto físicas como emocionales.
- Contribuyen al desarrollo emocional y cimientan la confianza.
Aquí les dejo una serie de dibujos y explicaciones donde se muestra como realizar los masajes en determinados puntos del cuerpo del bebé.
seryhumano.com
Fuente: desdelnacimiento.blogspot.com.es