El vicario de Wakefield, cuenta la historia del Dr. Primrose y de su extensa familia, que en apariencia llevan una vida idílica en una parroquia rural. Esa tranquilidad se ve desbaratada por un empobrecimiento repentino que pone en marcha la narración.
Aunque ligera, la trama incluye matrimonios frustrados, actos desaprensivos, niños perdidos, incendios, encarcelamientos, personajes disfrazados y equívocos de identidad. La vulnerabilidad es lo que debilita la situación de todos y cada uno de los personajes, que, como el propio vicario, son en general virtuosos pero también capaces de comportarse de manera estúpida e ingenua.
El narrador principal es el vicario, lo cual provoca con frecuencia cómicas ironías; para completar algunas lagunas, no obstante, hay también relatos dentro del relato.
La novela contiene escenas sentimentales, pero su registro predominante es humorístico. Tanto los desastres que sufren los personajes como los giros dramáticos de la fortuna, son divertidos.
Uno de los aspectos más sorprendentes es sin duda su heterogeneidad. No solo resulta desaliñada la trama, y demasiado abundante en digresiones, sino que el texto mismo incluye elementos no narrativos como poemas, sermones y disquisiciones varias sobre política, penas judiciales y poética. Todo ello reflejo de la diversidad de la producción de Goldsmith, que fue poeta, dramaturgo y novelista, pero que también tuvo que hacer mucho trabajo de gacetillero para poder ganarse la vida.