El técnico de la CIA, Edward Snowden, acusado de revelar datos secretos de un programa de espionaje a ciudadanos por parte de la Agencia de Seguridad Nacional, tenía claro que estaba en el ojo del huracán de los gobiernos. Por ello, trató de que él no fuera objeto de un control de sus comunicaciones depositando su móvil en la nevera para que esta hiciera de «Jaula de Faraday», (provocando que el campo electromagnético en el interior de un conductor en equilibrio sea nulo, anulando el efecto de los campos externos).
No optó por la opción de apagar el dispositivo, ya que muchos de los dispositivos actuales, no solo teléfonos, tienen «estados a medias entre completamente encendidos y completamente apagados», según comentaba recientemente el otro día Seth Schoen, experto de Electronic Frontier Foundation, cree que la extracción de la batería tampoco sería suficiente, ya que «algunos dispositivos disponen de fuentes de energía adicionales en su interior».
En medio de la polémica sobre la intención de un programa de espionaje, ¿cuánto de cierto hay en que un móvil apagado pueda ser localizado? Ahí está el quid de la cuestión. Según varios expertos en informática y telecomunicaciones consultados, han explicado que el terminal en modo desconectado no emite ninguna señal por lo que sería prácticamente imposible interceptar su comunicación. «Si está apagado, está apagado, si emitiera señal se estaría gastando la batería», comenta Pablo García, ingeniero de Telecomunicaciones.
Sin embargo, depende del modelo, el terminal podría seguir emitiendo energía residual. «El teléfono sigue conectándose a la Red aunque esté apagado. Estando conectado a una determinada antena pueden ubicarte, no con precisión GPS, pero sí la zona», expresa Jesús, experto informático que prefiere no revelar su identidad completa. Más allá de argumentos propios de una conspiración, un móvil desconectado es incapaz de servir como transmisor de voz o como una grabadora gracias a algún software que se instalan sin el conocimiento del usuario mediante el envío de un mensaje de texto.
Las principales funciones, así como las redes GPS, están apagadas, pero aún apagado el dispositivo ejecuta rutinas básicas como el mantenimiento del reloj. Sin embargo, desde los operadores podrían enviar una señal a la celda de la red que podría detectar una ubicación indeterminada, aunque no sería suficiente como para poder triangular una posición exacta. «Si existiese esa posibilidad ya se habría hablado del tema, existirían herramientas o pruebas de concepto. Una comunicación teléfono-antena conlleva enviar una transmisión que por ende puede ser medible», agrega Yago Jesús, experto en privacidad del colectivo «SecurityByDefault».
«Si el aparato no tiene energía no se puede hacer nada. La señal depende de la cobertura. Un móvil que no tenga energía no puede ser localizado. No estoy seguro de que la energía residual que emita el móvil o una batería auxiliar sea suficiente para que el móvil emita una señal que pueda ser detectada. Apagado total es relativo, tiene sus matices, porque puede ser en ‘stand by’, que puede hacer que emita una pequeña señal siempre que el terminal esté configurado para ello», agrega José Miguel Lluva, ingeniero de computadores.
En ese sentido, desde la Asociación Pro Derechos Civiles y Económicos (Adeces) han asegurado que en caso de que el dispositivo móvil tenga la batería puesta «sí» se podría llegar a localizar su ubicación, al tiempo que han aprovechado para recordar que las comunicaciones vía internet o móvil «deben ser secretas, salvo que un juez (orden judicial) autorice las escuchas o seguimientos».
«Un teléfono es como un ordenador, está comprobado que si está apagado no se puede acceder a él ni copiar los datos. Ni siquiera que pueda emitir una señal pequeña con la cual pueda ser localizada. Un móvil apagado no emite nada. Se podría saber hasta el momento en el que ha estado encendido. Una vez apagado el móvil, no existe», reconoce por su parte Pablo Teijeira, director general de Sophos Iberia, consultora de seguridad en internet.
seryhumano.com / J.M Sánchez
Fuente: abc.es