El libro ‘Sensuales. Relatos de sexo, afecto y discapacidad‘(Editorial Comanegra), de las psicólogas Clara Clos y Gemma Deulofeu, defiende a través de 13 relatos, muy bien contados, una obviedad tantas veces olvidada: “La expresión sexual es un derecho personal de cualquier individuo, tenga o no una discapacidad”.
Desde la idea, irrefutable, de que el derecho a la sexualidad viene relacionado con la posibilidad de elegir y decidir en cada caso individual la manera apropiada de manifestarse, Clos y Deulofeu, psicólogas que desarrollan su labor en éste ámbito, hacen literatura y más. Literatura porque los 13 relatos que integran el libro atrapan y lo logran desde la solidez de lo que cuentan. Y más, porque el tema de fondo tiene derivadas que entroncan con el derecho y el humanismo y ofrecen, además, una guía de recursos para familiares y profesionales.
Por fin la sexualidad y las relaciones afectivas de las personas con discapacidad son tratadas con total claridad y, a la vez, con valentía y profundidad. Desde una simple caricia hasta un coito… ¿Cuál será la necesidad de cada persona? ¿Es útil recurrir a servicios sexuales profesionales? ¿Cómo pueden intervenir los familiares y los terapeutas? ¿Qué se puede obtener con la masturbación o los juguetes sexuales? ¿Cómo se debe prevenir el abuso sexual?
Y, en definitiva, ¿por qué cuesta tanto reconocer y satisfacer esta necesidad tan básica cuando implica a personas con alguna discapacidad? Gracias a su profundo conocimiento y experiencia profesional, las autoras de este libro tratan todas estas cuestiones desde la seriedad y el afecto.
Cuando se cierran las páginas de Sensuales, el lector tiene mucho más claro que cada persona puede y debe decidir cómo gozar, expresar o practicar su sexualidad, teniendo en cuenta que cuando implica a otra la relación sea libre y consentida, con independencia del tipo y grado de discapacidad o de si la persona está incapacitada legalmente o no.
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Fuente: sonbuenasnoticias.com