Ser Corporativo
Cortesía de @koketú.ve

Fue un jueves de septiembre que la conocí.

Habíamos hablado antes por WhatsApp y acordamos reunirnos “sin apuros” a las tres de la tarde, en su acogedor invernadero decorativo construido en la terraza de su casa, en Chacao (Caracas).

Para llegar di dos vueltas alrededor de la casa y cuando la ubiqué ya estaba despeinada, sudada y retardada para nuestra cita. Me desesperé un poco por hacer lo que iba hacer, a fin de no quedarme más de una hora en la tertulia.

No me esperaba a una encantadora chica vestida de jeans, suéter negro y una dulce sonrisa, aguardando para estrechar mi mano.

Su sencillez me cautivó de inmediato y su apasionante mirada me decía: “me halaga que quieras saber mi historia, te la contaré”.

Eran casi las cuatro de la tarde cuando nos sentamos una frente a la otra en medio de la armónica diversidad que emanaban sus plantas.

Sus ojos cafés brillaban de la emoción; mis manos se preparaban para encender la grabadora; la calidez del lugar nos daba confianza bajo aquel húmedo sol, que tímido se despedía por temor a las nubes grises.

Iniciamos sonriendo, como se empieza una buena charla mientras se espera el té. Y desde que encendí la grabadora del teléfono, mirándola a los ojos en señal de que me contara sobre ella, supe quién era.

Ella, una mujer espléndida, calurosa, fuera de serie; muy sencilla y con sus sentidos bien alineados.

Madre de tres, esposa, soñadora y creadora de @koketú, la cuenta de Instagram donde muestra sus kokedamas, una técnica de siembra japonesa para tener plantas ornamentales en musgos de coco, con la que promete llevar armonía, estilo y paz a los hogares de familias venezolanas.

Angélica Alvarado no es una emprendedora convencional. Me contó que una vez escuchó decir a un conferencista que “el 97% personas trabajan por el sueño de otro y solo el 3% por sus propios sueños” y esas palabras la hicieron decidir trazar un nuevo camino en su vida.

Yo: ¿Ese fue como tu punto de inflexión, digamos?

Ella: Eso fue lo que hizo pensar no, yo necesito hacer algo por mí, algo que quiero y darle un ejemplo a mis chamos (…) y luego de hacer el curso de esta técnica de siembra, la verdad es que fue como ver mi hobby o mi pasión ahí. Yo quiero hacer maticas para mí, eso era lo que pensaba. Había visto estas plantas en Pinterest y en una revista y dije: lo quiero para mí (…) y que mi hermana me dijera: ‘esto está bello yo quiero uno’, y yo: ‘ay síííí’, poco a poco se fue dando. Me di cuenta que les gustaban a otros (…) al punto de que estaba metida en esto y estaba disfrutándolo, podía estar 5 o 6 horas sentada haciendo maticas y de repente ya era hora de almuerzo. ‘Paso tanto rato no puede ser, me pasé la hora del almuerzo. Los chamos ya llegaron del colegio y no hice el almuerzo… ¡qué loca!’, recuerda entre risas.

Trabajaba como ejecutiva en La Castellana, Los Palos Grandes, y ya en mayo de 2016, su mente estaba inquieta buscando qué hacer porque quería ser parte de ese 3% de soñadores que marcan la diferencia.

Un buen día llegó a su correo una invitación hacer el curso de kokedamas y se entregó a esa aventura, pues lo que ella creía excusa para definir hacia dónde ir cuando renunciara, se ha convertido en un trabajo familiar en el que no ha vuelto a trabajar más.

El emprendimiento es hacer que aquello que te apasiona en la vida sea lo fundamental, de manera que puedas sacarle el máximo provecho y lo hagas evolucionar”, Sir Richard Branson.

Yo: ¿Pensaste alguna vez en que tu familia rechazaría tu idea de emprender?

Ella: ¡Sííí…!, primero porque temía decir que me salí de ese trabajo fijo con la estabilidad que uno siempre cree tener cuando es asalariado. Para decir eso le di largas. El que siempre lo supo fue mi esposo que me decía: ‘Hazlo Angélica. ¿Cuándo lo vas hacer? ¿Renunciaste?’, y yo: ‘No’; y él: ‘conchale otra semana pues y, ¿cuándo vas a renunciar?’ (…) y claro con esto de las plantas yo no pensaba que era habilidosa con las manos porque tengo una hermana que tú le das una basurita y le salen unas cosas espectaculares (…) y yo siempre le decía: ‘mira ayúdame con unas maquetas de mis chamos porque yo no sé. ‘Mira que tienen que llevar un disfraz, hazlo tú, que yo no sé’. Yo siempre fui como la ejecutiva (…) y para mí fue sorpresa ver que sí puedo hacer algo bonito con mis manos, no solamente lo intelectual, sino también el sentarse y diseñar algo. Fue como ¡wow! Y así ha sido el apoyo que he tenido de mi familia, mi esposo, mis chamos y mis papás.

Arte, Bienestar y Armonía

Las kokedamas son también consideradas un arte floral derivado de la técnica de siembra de Bonsáis (China). De acuerdo con el artículo de guiadejardineria.com, se trabaja desde más de 500 años como forma de relajación y preservación de las plantas.

Sembrar maticas en una bola de musgo con fibra de coco ha pasado a ser el hobby de Angélica para ser su empresa, pero también, ha sido visto como una oportunidad para su papá, quien después de años de andar de flux y corbata, le encontró sentido a trabajar la madera (su pasatiempo), haciendo con amor elegantes bases para las plantitas decorativas.

Ella: Él solito llegó un día y me dijo: ‘Mira te voy hacer unas bases pa’ esas maticas tuyas; y yo: ‘ok papá está bien’. Y de repente vino con un dibujo y un diseño. ‘Mira qué te parece’; y yo: ‘Ay está bonito’, y así vino un día, otro día y otro, al punto de que yo: ‘Papá voy a un bazar hazme unas bases’; y él, así como sorprendido.

(…) Es muy rico ver que él lo ve como una segunda oportunidad; está otra vez animado. No me lo ha dicho, pero veo que se siente activo de nuevo. Y también mi mamá que me quiere acompañar a los viveros (…) con ellos me he metido en pedidos locos de hoy pa’ mañana: 30 maticas y me ven trabajando hasta tarde, y mi mamá: ‘Ven acá, yo no las sé hacer, pero te ayudo. Yo barro, te acompaño’ (…) eso ha sido súper chévere, porque nunca dudé de su apoyo (…) incluso mi mamá me dice: ‘oye hija tienes otra cara’; ‘te ves alegre’; ‘te ves feliz’. Hoy en día soy feliz.

No permitas que el impacto de otras opiniones ahogue tu propia voz interior. Y lo más importante, ten la valentía de seguir lo que te dicta tu corazón e intuición. De alguna manera los demás ya saben lo que deseas llegar a ser realmente. Todo lo demás es secundario”- Steve Jobs.

Yo: ¿Si no hubiese sido @koketú, ¿qué estuvieras haciendo ahora?

Ella: No me lo había preguntado quizás me hubiese ido por dictar charlas, conferencias o cursos, no sé de qué, no lo he tenido en mente, pero de seguro me hubiera ido por ahí.

Aunque su anhelo siempre fue ser madre, y cuando mira en retrospectiva a aquella niña que mantuvo ese deseo, confiesa que tan solo le diría: “Todo va estar bien”, porque se sentiría orgullosa de la madre que es hoy. Por eso aspira que sus hijos la recuerden con el mismo amor con que ella los soñó siendo niña.  

Corazón, Esfuerzo y Estilo de Vida

La esencia de @koketú promete expandirse hacia América Latina y más allá de sus fronteras. El objetivo de Angélica apunta a que este emprendimiento será referencia en temas de bienestar y cuidado de las plantas, porque esta técnica de siembra al final se transforma en un estilo de vida que brinda armonía y salud.

Hay registros que hablan de las kokedamas purificadoras de la piel. Tienen la capacidad de reducir el estrés en las personas; además, absorben contaminantes del medio ambiente y disminuyen el ruido.

En estas bolas compuestas de akadama (arcilla japonesa), arena de río y musgo pueden cultivarse helechos, arbustos, líquenes, cactus, plantas florales, hierbas aromáticas e incluso palmeritas.

Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol”, Martin Luther King.

Yo: ¿Por qué estás tan segura de la internacionalización de @koketú?

Ella: Estoy segura de eso porque lo siento, y porque le estamos poniendo mucho esfuerzo y corazón, y porque lo veo. Yo no sé en qué tiempo, pero al menos vamos a empezar con una sucursal. Tienes que estar pendiente de las noticias porque lo verás. Eso es lo que yo sueño (…) y hasta voy a patrocinar un crucero familiar de reencuentro. Desde el inicio lo dije: ‘vamos a llamar a la familia y decirles prepara tus maletas que en dos meses tienes un pasaje para un crucero (…) el más grande’ (…) ese es el sueño (…) y la familia está trabajando, pero ya tenemos que crecer, ya no nos estamos dando a abasto. Dijimos, tenemos que buscar a otra persona para que trabaje conmigo (…) yo sueño con siempre estar involucrada con @koketú pero quizás ya no sea yo quien amarre las maticas sino que esté supervisando. Que yo pueda viajar y salir de vacaciones con los chamos y mi esposo. Estar siempre pendiente de mi negocio para que crezca muy estable, muy rentable, bien hecho y sin perder esa sensibilidad a las plantas.

Angélica se considera una generadora de vida y familia, gracias a las plantas decorativas, dado que ese es el significado de @koketú, una kokedama para ti, tú vida y tú familia. Por eso, invita a quienes deseen emprender a buscar ayuda y a pensar en cómo sus servicios solucionarán la necesidad de los clientes; es vital dar el primer paso.

Ella: Mientras hayas descubierto lo que te gusta y lo que te apasiona, da el primer paso ya. La retribución emocional es tan sabrosa de saber que lo estás haciendo y bueno poner objetivos realistas (…) y clave para mí, es formarte con expertos. Hay muchas opciones gratuitas en Caracas que están trabajando para emprendedores y eso me ayudó a formar y empezar esto con un buen pie. Hay que formarse y rodearse de personas que estén yendo hacia los mismos objetivos.

Bien dicen que… “Reconocer que no estás donde quieres estar es un punto de partida para comenzar a cambiar tu vida”. Abraham Maslow

A punto de Amanecer

Pocas veces he escuchado de quienes emprenden negocios tradicionales en Venezuela que “la crisis” no es más que una oportunidad para lograr vivir en el país que TODOS deseamos. Para Angélica, la “crisis, situación o tiempo de escasez” representa un nuevo amanecer.

Yo: ¿Cómo ves a Venezuela?

Ella: Mira… está oscuro, sí, pero es ese oscuro que avisa que está a punto de amanecer y va a amanecer muy rápido, porque se están haciendo cosas tan buenas, que nada que ver con lo que en un momento yo pensé: “aquí por menos 10 años para arreglar este país”, NO. Tenemos que trabajar todos nosotros, eso sí, porque ya va a salir el sol y sus rayos se pueden ver.

Al final…

Las cosas vuelven al lugar de donde salieron”. Rómulo Gallegos

seryhumano.com / Patricia Chirinos*

*Periodista Audiovisual