Internet y su imparable desarrollo supone una de las mayores revoluciones en el ámbito de la comunicación de la Historia, a la altura de acontecimientos tan destacados como la aparición del papiro o el pergamino y, posteriormente, de la propia imprenta.
La Red ha dinamitado las estructuras comunicacionales clásicas y lo ha hecho a todos los niveles económicos y sociales. Instituciones, empresas, profesionales y ciudadanos han asistido en apenas una década a una transformación radical de la forma en que se comunican, de los medios que utilizan para hacerlo y de las posibilidades que éstos les ofrecen.
El desarrollo, la implantación y la generalización del uso de las TIC está transformado profundamente todos los sectores de nuestra economía y todos los ámbitos de la sociedad moderna. Esta transformación tiene su origen en otro de los grandes cambios provocados por el desarrollo de las TIC: la evolución de los formatos y de las plataformas a través de las que consumimos, compartimos y difundimos información.
La convivencia entre los formatos tradicionales y los nuevos formatos de base tecnológica estuvo marcada hasta finales del s.XX por la vigencia de los primeros, pero a partir del año 2000 comenzó a demostrarse que asistimos a un auténtico cambio de paradigma, a un transformación de gran calado y profundidad no ya de la forma en la que las personas se comunican, sino de la naturaleza de las propias personas y de su concepto de comunicación.
El caso del contenido audiovisual es uno de los más representativos de este cambio de paradigma, aunque no es comprensible si no es en relación con otros muchos cambios fundamentales que, combinados, dan como resultado una transformación radical de muchas de las clásicas estructuras sociales, económicas y muy especialmente del entorno de la comunicación: movilidad, ubicuidad, aumento del número de usuarios y del uso que hacen de las nuevas tecnologías, mejora de las conexiones, crecimiento imparable de los contenidos disponibles para su consumo a través de los nuevos dispositivos y plataformas
En el caso del vídeo online y del espectacular crecimiento que experimenta en todos sus ratios (producción, consumo, difusión), no podemos hablar ya de un simple cambio de tendencia o de tipo de contenidos. El vídeo es en sí mismo un nuevo lenguaje y una nueva forma de comunicar, que los usuarios cada vez demandan y utilizan (consumen y producen) en mayor medida. Asistimos al nacimiento de una nueva era en la que, al igual que ocurrió antaño con la fotografía -que se impuso al texto-, el frame, la imagen en movimiento, ha llegado para desbancar a la imagen estática.
Se trata, en última instancia, de una cuestión de evolución, de un constante enriquecimiento de la experiencia cognitiva: un texto evoca imágenes, varias imágenes capturan el movimiento y el vídeo ha llegado para aunar y potenciar todos esos factores, ofreciendo a los usuarios, a las personas, una forma de conocer y entrar en contacto con la realidad mucho más versátil y completa.
Como ha ocurrido tradicionalmente a lo largo de la Historia, los nuevos lenguajes tardan en calar e imponerse. Así ocurrió con el lenguaje escrito, que solo prosperó con el lento avance de la lectura y la escritura, circunstancia que posteriormente se repetiría con la imprenta y el acceso a los libros.
En el caso del vídeo online, hablamos de un nuevo lenguaje en si mismo porque las viejas y las nuevas generaciones cada vez entienden y demandan en menor medida los contenidos estáticos, y apuestan más por una nueva forma de acceder y consumir la información personalizada en este nuevo formato enriquecido, democratizado gracias a la generalización de las herramientas de producción –cualquier dispositivo de hoy en día es capaz de capturar y producir vídeo- y a la simplificación de los procesos de edición y distribución.
En este sentido podemos y debemos hablar ya de un cambio de paradigma y de época, en el que el acceso y la capacidad de producción de información en todos sus formatos, y muy especialmente en formato audiovisual, se ha multiplicado exponencialmente, algo que en muchos de los países desarrollados se traduce en unos índices de consumo general de este tipo de contenidos que superan una media del 75% de la población.
Importancia y ventajas del Vídeo Online
Los datos de usuarios, producción y consumo de vídeo online no dejan lugar a dudas: se trata ya de uno de los aspectos de mayor importancia en todos los procesos de comunicación, cualquiera que sean sus características. Usuarios, empresas e instituciones convergen en un amalgama de roles en el que todos son, simultáneamente, incipientes productores y consumidores masivos del vídeo producido por el resto de las partes.
Para 2015 se calcula que el consumo de datos a nivel mundial va a crecer un 400%, impulsado principalmente por la producción y demanda de vídeo online. Es una ola a la que nadie escapa: los índices de consumo en todos los grupos de población no hacen sino crecer.
De hecho, el cambio es tan profundo que hoy en día el contenido en vídeo más consumido no es aquel producido por los hasta hace bien poco grandes protagonistas del sector: productoras, empresas, agencias y grupos de comunicación. Ahora el líder es el contenido generado por los propios usuarios, que se comunican entre sí a través de este nuevo lenguaje.
Por lo tanto, habida cuenta de que todos los actores económicos y sociales están integrando el formato audiovisual, muy especialmente en su vertiente online, a sus cauces y estrategias de comunicación, se hace evidente el peso y la trascendencia de este nuevo formato, cuyas principales ventajas se enumeran a continuación:
– Democracia comunicativa:
Hasta hace bien poco, la capacidad de producir y difundir contenido audiovisual estaba limitada a los pocos que tenían la capacidad y los recursos para hacerlo. Actualmente, la generalización de los ordenadores personales y muy especialmente de los dispositivos y de las conexiones móviles, sumadas a la aparición de numerosas herramientas de bajo coste y uso sencillo han roto esa barrera, permitiendo acceder a todo el potencial del vídeo online a la práctica totalidad de usuarios de la Red.
– Alcance real y alcance potencial:
Pocos formatos pueden presumir de tener una capacidad para transmitir y fijar conceptos como el vídeo online. La gente entiende y demanda este nuevo lenguaje, a través del cual tanto los usuarios como las empresas e instituciones están siendo capaces de comunicarse con su entorno a niveles inimaginables hace unos pocos años. Su capacidad para transmitir mensajes con más cercanía y ofreciendo una imagen más humana implica una mayor credibilidad entre la audiencia de quienes utilizan el formato audiovisual en sus estrategias de comunicación.
– Economía de producción y difusión. Relación calidad-precio:
Una de las principales ventajas del vídeo online es que no exige grandes inversiones, haciendo asequibles sus ventajas a todo tipo de usuarios. En este sentido, hay que destacar la existencia y proliferación de un gran número herramientas de producción y difusión gratuitas o de bajo coste, que no requieren de un conocimiento especializado para realizar producciones con unos niveles de calidad muy altos. El caso de la cámara portátil GoPro es un ejemplo que habla por sí mismo. Además, existen numerosas plataformas que permiten a cualquier usuario tener una presencia prácticamente profesional en la Red, siendo referencias en este sentido Youtube y Vimeo, sin olvidarnos de las grandes plataformas de streaming, la modalidad de emisión en directo, que cuentan ya con millones de usuarios y cuyas comunidades están creciendo a un ritmo imparable.
La capacidad de difusión del vídeo en Internet entre todos los grupos de población es enorme. Con el deseo de la viralidad siempre en mente, cualquier usuario, profesional, empresa o institución puede alcanzar cotas de difusión muy altas con costes muy bajos e inversiones de tiempo y recursos (técnicos y humanos) más que razonables. En ese sentido, el mundo de la música o del deporte son dos grandes ejemplos de cómo el vídeo no entiende de fronteras ni de estadísticas. Si a ello le sumamos el auge de las redes sociales y de la compartición de todo tipo de contenidos –con especial relevancia del vídeo- a través de todo tipo de herramientas de incrustación e integración en plataformas webs, en blogs y su consumo desde dispositivos móviles, no es ninguna osadía augurarle al vídeo online un futuro dorado.
– El vídeo fuera de la Red:
La generalización y el abaratamiento de dispositivos ha permitido que las pantallas salgan de sus ubicaciones tradicionales y se hayan convertido en potentes soportes de marketing y comunicación corporativa al alcance de todo tipo de empresas, instituciones y profesionales. Así, cada vez es más común, encontrarse con formatos de publicidad en vídeo situados en soportes físicos estáticos. Este tipo de publicidad ha trascendido los clásicos eventos como ferias, congresos, conciertos o convenciones para colonizar a las pymes o transporte urbano, así como para instalarse en lugares de interés turístico, social o cultural. Soportes informativos y publicitarios, en este caso también puede augurarse una evolución muy positiva de este tipo de consumo audiovisual.
El potencial del vídeo online en la comunicación y el marketing
El marketing y la comunicación corporativa son dos de los grandes beneficiados por la llegada y la generalización del vídeo online, dado que está permitiendo, por un lado, flexibilizar y enriquecer en gran medida las estrategias de difusión, y, por otro, mejorar enormemente tanto el enfoque de los esfuerzos y recursos invertidos como la medición de los resultados obtenidos a partir de éstos.
A las ventajas genéricas anteriormente señaladas, dentro del ámbito del marketing el vídeo online cuenta con las siguientes:
– Posicionamiento: El vídeo ayuda tienen un peso importante en el SEO, especialmente, como no podía ser de otra forma, a través de Google y Youtube.
– Aumento del tráfico web: Como consecuencia de un mejor posicionamiento y de la difusión del material audiovisual a través de las distintas plataformas existentes, el vídeo online ayuda a aumentar el tráfico web.
– Publicidad y branding: La capacidad del vídeo online para transmitir y fijar conceptos es muy superior a la de otros formatos, por lo que es una herramienta de gran potencial y enorme interés para todo tipo de empresas, profesionales e instituciones. Los últimos informes de IAB señalan que la publicidad en formatos audiovisuales digitales acaparará en 2013 cerca de 30 millones de euros en inversión, y que su crecimiento será del 100% interanual en los próximos ejercicios.
– Mayor efectividad: La publicidad basada en vídeo online genera aproximadamente el doble de impactos que los formatos estáticos. Además, dichos impactos se traducen a menudo en respuestas por parte de los usuarios de gran valor añadido para marcas y empresas.
– Relación calidad-precio: Los precios del mercado publicitario han bajado bastante, lo que, sumado a los buenos índices de impacto de este tipo de formato y a su bajo coste de producción, aumenta enormemente la rentabilidad de las campañas basadas en vídeo online. Con todo, esa tendencia se está revirtiendo y habrá que estar atentos a su evolución.
– Versatilidad: El vídeo online como formato publicitario permite una gran segmentación de la audiencia y focalizar las campañas en la audiencia objetiva a la que éstas se dirigen, con el consecuente aumento de efectividad. Asimismo, este formato permite medir con gran precisión el impacto real de una campaña, que es sin ninguna duda una de las grandes ventajas de lo digital frente a lo analógico.
– Estrategia multicanal: El uso del vídeo online como soporte publicitario o de marca es fácilmente combinable con el resto de canales contemplados en la estrategia de comunicación de todo profesional, empresa o institución.
seryhumano.com / Álvaro G. Polavieja
Fuente: TreceBits