Se pueden corregir conductas y cambiar el estilo de vida para frenar la obesidad sin que esto implique prohibiciones a las personas que padecen sobrepeso, indicaron expertos.
«Es posible incidir positivamente en hábitos alimenticios y de actividad física a través de tácticas de convencimiento, el autoconocimiento y la motivación que lleva a la acción, más que mediante iniciativas prohibitivas o que intentan limitar el consumo de ciertos alimentos y bebidas», coincidieron expertos en nutrición, epidemiología y políticas públicas que participan en la Serie Científica Latinoamericana 2013 que se desarrolla en México DF.
Los expositores destacaron la importancia de profundizar las investigaciones regionales que demuestran la estrecha relación existente entre la geografía, la cultura y los hábitos, destaca un comunicado.
El doctor Adam Drewnowski, Director del Centro de Nutrición y Salud Pública de la Universidad de Washington, aseguró que el lugar donde uno vive es determinante para evaluar la calidad del consumo alimentario, e incuso es posible predecir el peso corporal independientemente de la calidad de la dieta, sólo conociendo el lugar en que vive una persona.
«Voy a introducir una idea revolucionaria: para determinar el peso y la salud de una persona la cantidad de calorías es quizá menos importante que el lugar en donde vives. La conducta alimentaria es difícil de cambiar porque va de la mano con la cultura. Uno es lo que come, pero muchas veces no sabemos qué comemos. En ocasiones los factores socioeconómicos son incluso más determinantes que la genética para este tema», afirmó.
La investigadora del Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán, Sara Elena Pérez-Gil, hizo énfasis en que los factores socioculturales influyen de forma determinante en el comportamiento alimentario y la actividad física.
Precisó que en los últimos años la orientación de los profesionales de la alimentación se ha reducido a tratar de imponer una «normalidad dietética» basada en la restricción de ciertos alimentos, cuyos objetivos tratan de estandarizar los patrones de consumo; sin embargo, abundó, no se están tomando en cuenta los factores socio culturales que determinan lo que comemos.
«Para cambiar los hábitos de consumo y fomentar un estilo de vida saludable debemos tomar todos los factores que involucra el acto de comer, no sólo los valores calóricos de los alimentos, sino todos los elementos socioculturales que determinan la elección de lo que comemos, como su disponibilidad en la región, la dimensión simbólica de los alimentos e incluso su vinculación con la historia personal de cada uno», comentó.
«Sí, es posible cambiar los hábitos, no sólo en el caso de la alimentación, también en otros tópicos que van en beneficio de la vida. Hay que insistir mucho porque no es fácil, pero sí se puede», subrayó.
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Fuente: montevideo.com.uy