Los seres humanos vivimos en un cambio constante y permanente. Un devenir que se plasma en todas las manifestaciones de nuestra existencia, desde la más mísera hasta la más ingeniosa. Devenir que, hoy en día, gusta, sobre todo, de ridiculizar a cada momento los datos que otrora, fueran objeto de ríos tinta oficializada.
Probablemente, la demostración más actual de esto que acabamos de afirmar, la encontremos en un pequeño rincón de Andalucía, en las Cuevas de Nerja, en Málaga. Estas cuevas, a parte del impresionante y exuberante adorno cárstico con el que cuenten, presumen, aunque desde la discreción, de algunas pinturas rupestres que, probablemente, sean las más antiguas de las que se tiene conocimiento.
Estas pinturas rupestres, además de extrañas y curiosas, al no representar a animales muy comunes (las más conocidas toman la forma de focas), podrían romper todos los esquemas y arquetipos establecidos en el arte prehistórico al poder ser una viva muestra de que, el hombre de Neandertal (que debemos de recordar, para nada son nuestros predecesores evolutivos, sino, simplemente, otra rama homínida que por sucesos desconocidos, no fue capaz de sobrevivir y acabó extinguiéndose poco tiempo después de que el Homo sapiens sapiens apareciera como tal), a diferencia de lo que se pensaba hasta ahora, también contaba con capacidades psicomotrices y sentimientos suficientes para poder expresarlos en forma de arte pictórico.
Para situarnos históricamente, algo importante para verificar la credibilidad del tema que tratamos, es necesario comentar que, el homo sapiens sapiens apareció en África aproximadamente en torno a 45.000 años atrás, y desde dicho continente, fue abriéndose paso por Oriente Medio, Europa Central, y finalmente, la Europa del sur o mediterránea. Por ello, se calcula que aproximadamente, el homo sapiens sapiens no llegó a la península ibérica, y más concretamente, a Andalucía, hasta hace poco más de 23.000 años. Por su parte, el hombre de neandertal u homo neanderthalensis, se cree que hizo acto de presencia, por primera vez, en torno a 120.000 años atrás, siendo Europa el continente donde comenzó su camino este homínido, de modo que más que probablemente, el hombre de neandertal ya poblaba la península ibérica con suficiencia hace unos 110.000 años. Una península ibérica, y más concretamente, un sur de la misma (Andalucía), donde se conoce que el hombre de neandertal disfrutó de sus últimos años de existencia, mientras sus hermanos localizados por el resto de Europa, ya habían desaparecido de la faz de la Tierra.
Hasta hace poco, se había dado por sentado que las pinturas rupestres de Nerja eran obra de nuestros antepasados, y que no dejaban de ser más que unas “llamativas” pinturas de focas. Sin embargo, tras un estudio realizado por el profesor de Prehistoria la Universidad de Córdoba, José Luis Sanchidrían (apoyado por el exministro Manuel Pimentel), a través de un ingenioso trabajo de datación en el que se han servido, para hacer las pruebas del carbono-14 de restos materiales orgánicos que se usaban en la Cueva de Nerja como mecanismo para alumbrarla, ha permitido saber, que como poco, las pinturas rupestres son de hace 42.000 años (este tipo de datación sirve como límite inferior ya que, al ser restos orgánicos que usaban como combustible, es posible, y muy probable, que anteriormente usaran otros materiales para dicha función, pero que, precisamente por la misma, fuera necesario renovarlos y cambiarlos de forma periódica, como quien tiene una chimenea y no puede mantenerla siempre con la misma leña).
Como es lógico pensar, tras todo gran hallazgo que pueda hacer temblar importantes datos de la historia humana, suelen ser miles los detractores que se levantan en pie de guerra contra el mismo. En el caso de las posibles pinturas neandertales de Nerja no es para menos. Aquellos que quieren derrumbar la posibilidad de que en Nerja existan pinturas neandertales, no hacen más que basar sus afirmaciones en justificaciones complementaria, ya sea en que se está efectuando un fraudulento ejercicio de sensacionalismo científico sin causa y a la ligera, en que no se tiene conocimiento ni pruebas físicas de que los neandertales habitaran la Cueva de Nerja, o bien, en que los estudios realizados son insuficientes y que es necesario contrastarlos con numerosas pruebas adicionales, o incluso, realizando la datación directamente sobre los restos de pintura. Lo que no parece que tengan en cuenta este sector, es que se tiene planificada realizar numerosas pruebas más en la Cueva de Nerja para fortalecer el cuerpo de la investigación, e incluso, se tenía pensado realizar las primeras dataciones en el 2013, a algunas de los tintes que figuran en las pinturas, pero tanto unas como otras se hayan ahora mismo estancadas debido a la falta de financiación necesaria para poder realizar un trabajo de tal magnitud.
Es muy comprensible que no pueda afirmarse algo tan importante y con una repercusión tan significativa para la humanidad. Sin embargo, el propio profesor Sanchidrían en ningún momento ha hecho más que transmitir los frutos que comienza a obtener con sus investigaciones, sin afirmar indiscutiblemente en ningún momento que algunas de las pinturas de Nerja sean neandertales. Tristemente, ese afán que caracteriza al ser humano por tratar destruir posibilidades y anomalías históricas antes de que cojan fuerza, puede no ser la última vez que acaba alcanzando su macabro objetivo y haciéndonos creer en una historia basada en los endebles y superfluos pilares del engaño, la falsificación, el ego, la rigidez y limitación de miras, el dinero y la doma de las masas ciudadanas. Tú, eres libre de adoptar la posición que consideres más cercana a la verdad, de seguir informándote para afianzarte en aquello que creas, y entonces, pregúntate, ¿será verdad aquello que decía mi libro de historia de que sólo el hombre tenía la capacidad para manifestar sus sentimientos a través del arte, porque sólo el hombre, es sapiens? …
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Fuente: todaunaamalgama.blogspot.nl