«La separación del teléfono celular causa angustia, principalmente a mujeres y jóvenes” Esta fue la primera conclusión a la que llegó una investigación en proceso de la investigadora del departamento de Políticas Públicas de la UdeG, Esmeralda Correa, sobre el uso del teléfono móvil en jóvenes universitarios del CUCEA de entre 19 y 23 años de edad.
El experimento consistió en retirarles a ocho alumnos voluntarios —cuatro hombres y cuatro mujeres— sus dispositivos móviles durante una semana.
Al final, se corroboró la hipótesis de que los jóvenes se estresan al separarse de su celular y el ejercicio fue percibido como un verdadero desafío para los alumnos. Cinco de los participantes coincidieron en que aguantaron hasta el final “con tal de no quedar mal con la profesora y para demostrar ante sus compañeros que las tecnologías no pueden más que ellos”.
La doctora en ciencias sociales explica que las mujeres son más vulnerables, pues al quedarse sin celular se sienten inseguras, desprotegidas e inestables.
En cambio, los hombres son mucho más adictos a las redes sociales e internet que al celular. “La adicción al celular viene a suplir padecimientos no resueltos, como puede ser, tristeza, depresión o nostalgia. Se aprecia un desdoblamiento de la identidad, la sensación de bienestar al conectarse detona la adicción”.
Para romper con este círculo vicioso, Esmeralda Correa recomienda acudir con un especialista y hacer conciencia del uso que se le está dando al celular. “Es necesario recibir terapia cuando se ven afectadas otras esferas de la vida de la persona, independientemente de las horas que pase pegado al celular”.
Phubbing
La palabra tiene sus raíces en las palabras phone (teléfono) y snubbing (menospreciar) y se define como la acción de ignorar a alguien en un encuentro social por atender el teléfono celular. Diversas publicaciones coinciden en que esta práctica comenzó con el auge de los teléfonos inteligentes que dan al usuario la posibilidad de mantenerse conectado todo el tiempo y en todo lugar.
Investigaciones del Departamento de Psicología de la Universidad de Essex señalan que la presencia de un celular puede llevar a las personas a otros eventos fuera de su contexto social inmediato, “llegando a afectar las relaciones sentimentales o de amistad”.
A partir de los experimentos, psicólogos de dicha universidad concluyeron que la gente se tiene más confianza y comparte más cosas personales cuando no hay un celular al alcance: “La simple presencia de un celular inhibe el desarrollo de la cercanía interpersonal y confianza, y reduce los niveles de empatía y comprensión”.
Nomofobia
Se describe como el miedo a olvidar el celular o estar incomunicado, cuando no se tiene el celular a la mano. Según una encuesta realizada por la consultora SecurEnvoy en Reino Unido, casi dos tercios de los participantes teme salir sin sus celulares, siendo los jóvenes los más propensos a tener ansiedad y angustia al separarse de su celular.
Otro estudio publicado en el Indian Journal of Community Medicine, realizado por investigadores de India, reveló que uno de cada cinco estudiantes de la Facultad de Medicina de M.G.M. presentaba nomofobia.
La nomofobia viene acompañada de altos niveles de estrés, y entre sus síntomas destacan la incapacidad de apagar el celular, tenerlo siempre a la mano, el asegurarse que no se quede sin pila y el miedo a perder la señal. “El uso constante del celular aumenta los niveles de estrés, lo que incrementa los comportamientos compulsivos como el buscar incesantemente nuevas alertas, mensajes y actualizaciones”, concluye un estudio de la Universidad de Worcester en Reino Unido.
“Lo grave está en no saberlo usar”
El investigador Mario Cervantes señala que el peligro está en no saber utilizar el dispositivo móvil, lo que conlleva a la creación de una adicción al volverse indispensable y no poder vivir sin el celular: “Hay jóvenes y adultos que lo sacan en el cine, en clase y hasta cuando van al volante”. Así pues, el sociólogo destaca que el gran problema tiene que ver con que socialmente es aceptado que no se puede vivir sin el celular.
La encuesta de Mitofsky revela algunos hábitos fascinantes sobre el uso del celular, incluyendo que tres de cada cuatro usuarios duermen con el celular a la mano; 69% lo lleva consigo cuando va al cine, 48% cuando va al baño y 35% lo pone sobre la mesa mientras come. Mientras que más de la mitad de los usuarios regresa a su casa si se percatan que han olvidado el celular.
Otros lugares sorprendentes en donde la gente usa su smartphone para mandar mensajes incluyen el cine (32%), un salón de clases o sala de conferencias (31%), y uno de cada seis usuarios dijo haber “texteado” mientras conducía un auto.
¿Cómo saber si tienes adicción al celular?
– Las personas con las que convives te dicen que estás todo el día pegado al teléfono
– Tomas el celular sin razón alguna, haces llamadas o mandas mensajes por el simple deseo de hacerlo
– Aunque estés en tu casa no te separas de tu dispositivo móvil y lo llevas incluso al baño o a la cocina
– Le quitas horas al sueño o disminuyes la duración de tus comidas u otras actividades debido al tiempo que pasas en el teléfono
– Manejas una gran parte de tus relaciones y conversaciones con otras personas a través del celular
– Gastas más de lo que deberías en tu plan de celular, y aunque te propones reducir el gasto, resulta imposible
– Te resulta más fácil hablar y comunicarte a través del móvil que en persona
– Cuando suena tu aparato no puedes evitar responder, incluso en situaciones que son inapropiadas, porque el no hacerlo te causa ansiedad al no saber quién y para qué te llama
– Cuando olvidas tu celular te sientes inquieto y molesto todo el tiempo hasta que vuelves a recuperarlo
– No puedes evitar estar siempre al pendiente de tu celular para ver si alguien llama o escribe aunque no estés esperando ninguna llamada
– Llevas siempre contigo un cargador para evitar la frustración de quedarte sin pila
seryhumano.com / Andrés Manuel Landaeta
Fuente: informador.com.mx