El mejor regalo no es el que se da en el último momento
Así como mi padre me demostró su amor con el batimóvil, aceptar a Cristo, como regalo, es aceptar la total pasión de Dios como Padre. El mejor regalo no se da en el último momento. Dondequiera que entres, por estos días, las guirnaldas están encima de ti, ni qué decir de los chirimbolos multicolores y…