Mi pareja tiene hijos: ¡soy una madrastra!
Lo reconozco, soy una madrastra. Pero tal vez, puestos a encontrar similitudes con los cuentos, me parezco más a la alocada hada madrina, que a la horrorosa señora con cara de acelga que intenta convertir la vida de sus “hijastros” en un continuo sufrimiento. Y es que los cuentos han hecho mucho daño… y no…