El cantautor venezolano, Simón Díaz, falleció la mañana de este miércoles.
Su hija Bettsimar Díaz lo anunció en su cuenta de Twitter: «Con lágrimas le anuncio al país que mi amado padre, partió esta mañana, en paz».
Compositor, cantante y actor venezolano nacido en Barbacoas, Edo. Aragua, el 8 de agosto de 1928. Desde temprana edad mostró su interés por la música y por las artes escénicas. A los 17 años consiguió ser el atrilero de la Orquesta Siboney de San Juan de los Morros, Edo Guárico, y al poco tiempo, ya incursionaba como cantante de boleros de la misma orquesta. Las limitaciones económicas de su infancia no le permitieron estudiar música sino hasta llegar a la capital en 1949 y se inscribe en la Escuela Superior de Música, bajo la tutela del Maestro Vicente Emilio Sojo. Allí recibe sus primeras lecciones de teoría, solfeo y armonía.
Su primera experiencia en el mundo del espectáculo fue como actor, en el cine y la televisión. Su extraordinario talento histriónico, en muy poco tiempo, le abrió paso para convertirse en uno de los grandes humoristas del país. Con el programa de televisión “La quinta de Simón” (1962) rompió todos los récords de sintonía del momento, caracterizando al hombre del campo que llegaba a la ciudad para encontrar mejores formas de vida. Un personaje lleno de humor, ingenuidad y autenticidad que de inmediato conquistó la simpatía y alegría de todos los venezolanos. De la noche a la mañana, Simón Díaz gozaba de fama y plena aceptación popular. Pero no sólo a través del cine y la televisión, también la radio, el teatro y la música sirvieron de escenario para expresar sus dotes de actor, cantante, comediante y animador. En la década de los 60, se unió al músico venezolano Hugo Blanco, con quien grabó decenas de discos que animaban las fiestas navideñas con ritmos y cuentos jocosos, las famosas “Gaitas de Simón”, cuyos ejemplares se agotaban a las pocas semanas de salir al mercado.
Simón Díaz, inmerso en una gran popularidad como humorista, no perdía la oportunidad de asomar su talante de compositor, y en cada disco de gaitas, incluía alguna tonada de su autoría, que si bien contrastaba con el resto del repertorio, mostraban el lado profundo y poético de aquel Simón cómico y dicharachero. Estas tonadas, o aires de faena del campo que él traía en su andar, pasaban ajenas al éxito comercial de las gaitas, parrandas y chistes, y no fue sino hasta 1974, cuando él decide redefinir su camino como artista y lanza al mercado, quizás el más acariciado de sus sueños, su disco Simón Díaz “Tonadas”, en el que muestra su verdadero carácter de autor y compositor. De inmediato atrae las miradas de cantantes y músicos nacionales e internacionales, y sus tonadas comienzan a ser parte de los repertorios de artistas como Mercedes Sosa, Marco Antonio Muñoz, Barbarito Diez, Danny Rivera, Celia Cruz, Caetano Veloso y Joan Manuel Serrat.
La decisión es definitiva. Se aparta del éxito seguro y se interna en lo que siempre había sido su anhelo: escribir, componer y cantar la música venezolana. Inspirado en sus raíces llaneras, la influencia de compositores populares como Rafael Hernández, Agustín Lara, Carlos Gardel, y su enorme sensibilidad melódica, lo definieron como un músico de características únicas.
La canta de trabajo, los cantos de ordeño y arreo de ganado, se convierte en el aire musical de su mayor inspiración. “La Tonada del Cabrestero” y “La Tonada de Luna Llena”, ambas compuestas por Simón Díaz a principio de los años 60, serán el fundamento de una obra que celebra y rescata las cadencias, los ayes y las alegrías de la canta de trabajo. Luego se suman “Sabana”, “Mi querencia”, “Clavelito colorado”, “Arbolito sabanero”, “Garcita”, “Tonada del tormento”, y al mismo tiempo, transitó la diversa variedad rítmica de la música venezolana, con canciones como “El becerrito”, “Pasaje del olvido”, “El alcaraván”, “Mercedes”, hasta llegar a uno de los momentos más significativos de su carrera, “Caballo Viejo”. Esta canción, un pasaje llanero, compuesta en 1980, le dio la vuelta al mundo en cientos de arreglos, versiones y traducciones, incluyendo a Plácido Domingo, Julio Iglesias, Celia Cruz y Fania All Stars, entre algunos.
El éxito de “Caballo Viejo”, le brindó al resto de sus composiciones una mayor visibilidad internacional. En 1994, el compositor y cantante brasileño Caetano Veloso incluyó “Tonada de Luna Llena” en su álbum “Fina Estampa”, versión que luego formó parte de la banda sonora de “La Flor de mi Secreto” de Pedro Almodovar. La coreógrafa alemana Pina Bausch escogió para su obra Nur Du canciones de Simón Díaz, y más tarde el cineasta Win Wenders, haría lo mismo en su película homenaje a la coreógrafa alemana.
Simón Díaz, nunca se apartó ni de la radio ni de la televisión, siempre estuvo allí promoviendo y difundiendo la música y el folclor venezolano. Uno de sus más exitosos programas de televisión lo hizo para los niños, experiencia de doce años que le valió el título cariñoso de Tío Simón.
Como cantante realizó innumerables giras internacionales, destacando su actuación en el Zankell Hall del Carneige Hall, Barbican Center de Londres, Palacio de Congresos de Madrid. Entre los muchos reconocimientos que ha recibido está La Orden del Libertador en su clase de Gran Cordón; ocho Doctorados Honoris Causa de las más importantes universidades de su país; Documental de su vida para la cadena The History Channel a través de su serie Biography, y el Lifetime Achievement Award Latin Grammy 2008.
En 2006 se retiró de la escena pública por razones de salud que le impidieron continuar con su carrera.
Con gran frecuencia, las nuevas generaciones de músicos del mundo realizan versiones de sus canciones, entre ellos Juanes, Devendra Banhart, Miguel Poveda, Natalia Lafourcade, Jorge Drexler, Nelly Furtado, Silvia Pérez Cruz, Mónica Salmaso, Toni Zenet, e innumerables bandas de música electrónica, rock y pop, le dedican sus arreglos a su repertorio.
Simón Díaz, quien es el querido Tío Simón de Venezuela, será reconocido como uno de los grandes representantes de la cultura musical popular venezolana y del resto del continente.
Paz a sus restos.
seryhumano.com