Un artículo escrito para el diario Expansión por el profesor de IE Business School Enrique Dans, habla de los cambios en el escenario tecnológico y de la manera en que afectan a las sucesivas generaciones: está en parte provocada por los ecos de la discusión en torno a la medida de Finlandia de eliminar la enseñanza de la caligrafía en las escuelas y sustituirla por la práctica en el uso del teclado, y por otro lado, por el interesante gráfico utilizado recientemente por Henry Blodget, CEO de Business Insider.
Dicho estudio muestra las diferencias generacionales existentes en la sociedad actual: al ser preguntados qué canal de comunicación echarían más de menos, los jóvenes entre los 16 y 24 años afirmaron que no podrían vivir sin sus smartphones ni sus ordenadores, pero no tendrían demasiado problema en prescindir de la televisión o radio. Los periódicos, ni existen: nadie en esa generación los echaría de menos.
En el otro lado de la distribución, personas de 75 años o más, las cosas eran también previsibles: prescindir de sus ordenadores no les suponía ningún problema, ignoraban los smartphones, y la gran estrella era la televisión, el medio mayoritario por excelencia… del siglo pasado. La radio mantenía una importancia moderada, mientras los periódicos eran mencionados en un escaso número de ocasiones.
No hablamos de opinión, sino de datos: las radicales diferencias ponen de manifiesto un importantísimo desplazamiento generacional: el contexto en que vivimos, reflejado en los medios que consumimos, en los diferentes criterios al acceder a información. Preferencias distintas en rangos de edades opuestos, que indudablemente, nos parezca bien o mal, darán forma a sociedades diferentes. Parece obvio, pero no lo es tanto.
La sociedad cambia como reflejo de los cambios del entorno tecnológico. Hace pocas generaciones, se escribía con plumilla, tintero y secante. Los jóvenes actuales teclean incesantemente a toda velocidad. Escriben más, no menos, lo que lleva a que acaben escribiendo mejor, expresándose con más soltura. Para ellos, escribir a mano es irrelevante, lleno de inconvenientes. Pronto, dejarán de hacerlo: en Finlandia, de hecho, la caligrafía desaparecerá de los temarios de los colegios en 2015.
¿Preocupante? En absoluto. Simplemente, dinámica generacional… ¿acaso queda alguien escribiendo en cuneiforme? Al pasado, lo que es del pasado. Pura naturalidad generacional. Vaya acostumbrándose.
seryhumano.com / Enrique Dans
Fuente: enriquedans.com