Las productoras de chips están ansiosas por llevarse un trozo del negocio al hacer dispositivos tontos un poco más inteligentes conectándolos a la Web
Mucho antes de que el llamado Internet de las Cosas se convierta en una cosa real, los fabricantes de chips están compitiendo para conseguir un trozo de un mercado que es potencialmente enorme.
Las referencias al Internet de las Cosas — la idea de conectar más dispositivos y objetos a la Web — estaban por todas partes durante la feria de electrónica Consumer Electronics Show (CES) en Las Vegas. Casi no hubo un stand o conferencia de prensa que no mencionara al Internet de las Cosas (IoT, como se le conoce en inglés) y hablara de cómo esta tendencia podría cambiar la forma en que las personas interactúan con sus coches, su ropa y hasta su cafetera.
Todavía hay una enorme cantidad de trabajo por hacer para que el concepto sea una realidad, pero eso no impide a las empresas de chips sumergirse en el espacio naciente para definir cómo lucirá un mundo conectado. Hay mucho en juego. Los fabricantes de chips que tengan éxito podrán llevar la voz cantante en un nuevo y potencialmente lucrativo mercado, mientras que los que se quedan atrás podrían ser relegados a la condición de perdedor.
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El ‘stand’ de Qualcomm durante CES en Las Vegas, donde la empresa habló mucho sobre el Internet de las Cosas
Sarah Tew/CNET
«Estamos aquí para divertirnos, pues estamos en medio de una especie de apropiación de tierras«, dijo Alfonso Velosa, analista de la firma de investigación Gartner.
El Internet de las Cosas tiene diferentes definiciones, pero la idea se reduce a añadir inteligencia y una conexión a Internet a casi cualquier objeto imaginable. El concepto se aplica a través de docenas de industrias, desde ciudades inteligentes y coches conectados, hasta a la salud inalámbrica con tecnología portátil.
También ha atraído una gran cantidad de pesos pesados. Apple está empujando tranquilamente su plataforma domótica HomeKit. Nest, de Google, vende ya algunos ejemplos de dispositivos tempranos del concepto, proporcionando un termostato autoprogramable y un detector de humo que puede enviar alertas a tu teléfono. Samsung ha anunciado que va a conectar todo lo que vende en 2020. Más ejemplos de nicho incluyen cerraduras de puertas conectadas de August y sensores de fugas de agua de Quirky. Por el camino, a medida que más dispositivos de este tipo proliferan, van a ser capaces de comunicarse entre sí para automatizar más funciones en el hogar, la oficina o la fábrica.
En cuanto a la batalla al nivel de chips, eso es útil porque los fabricantes de chips — con sus procesadores, chips de radio y chips de memoria — están desarrollando las bases para todo el mercado del Internet de las Cosas y, en consecuencia, constituyen un primer indicio del nuevo mundo por venir.
El reto de conectar todo
Muchos ejecutivos de las empresas fabricantes de chips han dicho que con sólo un poco de Investigación y Desarrollo (IyD) adicional, pueden vender las tecnologías existentes en nuevas industrias.
Los beneficios podrían ser enormes. Mientras que las ventas de ciertos productos electrónicos, incluyendo PCs y tabletas, se enfrentan a retos, se espera que el mercado del Internet de las cosas Crezca en promedio un 13 por ciento cada año hasta el 2020, alcanzando los US$3.04 billones (sí, billones o trillion en inglés), conectando miles de millones de objetos ese año, según la firma de investigación IDC.
Las estrategias para lograr ese objetivo varían ampliamente, con cada empresa tratando de aprovechar sus puntos fuertes para atacar al nuevo mercado.
Intel y Qualcomm, dos de los mayores fabricantes de chips del mundo, están haciendo apuestas múltiples con la esperanza de ganar puntos de apoyo en varios frentes del IoT, incluyendo la construcción de infraestructura, coches y casas inteligentes.
Un enfoque principal de Intel — el líder en chips para computadoras personales — ha sido el área de los wearables, y ya se ha asociado con fabricantes de accesorios de ropa, incluyendo Oakley y Fossil, para diseñar nuevos productos. Uno de los aspectos más destacados de la presentación de Intel durante CES fue el debut de Curie, un chip del tamaño de un botón, diseñado para ser integrado en dispositivos de vestir. Qualcomm, líder en chips para teléfonos inteligentes, se centrará en llevar su experiencia móvil a los servicios de salud y automotriz este año.
«Es amplio, pero… puede ser compartimentalizado en grandes trozos«, tales como hogares y wearables inteligentes, dijo Raj Talluri, un ejecutivo de producto de Qualcomm, acerca del Internet de las Cosas. «Así que si lo construyes así, en realidad no es tan amplio.»
Estas estrategias tienen sentido para los grandes jugadores. Con su tamaño y escala, pueden ir tras una serie de objetivos al mismo tiempo, con menos riesgo de abarcar demasiado, dijo el analista de Morningstar, Brian Colello. «Tal vez no todos ellos van a ganar en todas las áreas«, dijo Colello de estos enfoques multifacéticos, «pero pueden ganar en algunas y eso será suficiente, pues están tratando de diversificarse«.
Jugadores en el negocio de chips pero de menor tamaño están adoptando un enfoque más específico. Broadcom, por ejemplo, espera utilizar su dominio en los decodificadores para ayudar a las compañías de cable a reinventar esos dispositivos como hubs para nuevas conexiones alrededor de la casa, dijo Scott McGregor, director ejecutivo del fabricante de chips. Nvidia, que se hizo famosa por sus chips gráficos para PC, está empujando la automoción, con la esperanza de poner tableros computarizados complejos y potenciar la conducción automática.
Algunos de los líderes en el negocio del Internet de las Cosas hasta el momento son importantes actores en el área de microcontroladores — diminutos procesadores baratos que se utilizan para funciones simples — incluyendo Atmel, Freescale y Texas Instruments, dijo Velosa, de Gartner. Mientras que empresas como Intel y Nvidia pueden ir tras algunos de los productos más avanzados, como coches y smartwatches de gama alta, estos jugadores microcontroladores deben ser capaces de meter sus productos en todo tipo de nuevos objetos — desde puertas de garaje hasta cabezas de aspersores iluminadas — algo que podría hacer este tipo de empresas una parte mucho más grande en la vida de los consumidores.
«Va a haber un gran apetito por las cosas pequeñas«, dijo el analista de Forrester, Frank Gillett, acerca de los microcontroladores.
Además, dado que los microcontroladores ya van en muchos lugares diferentes — desde escáneres de códigos de barras a sistemas de control de calderas — las empresas que los construyen tienen experiencia en la venta de miles de clientes en una variedad de industrias, haciéndolos muy apropiados para el Internet de las Cosas, según los analistas.
«Creo que los microcontroladores están mejor posicionados, ya que pueden vender una amplia base de productos a una amplia base de clientes«, dijo Reza Kazerounian, de Atmel, lo que pone a las empresas como la suya en el «punto ideal» para el Internet de las Cosas.
Hay para todos
Hay muchas maneras de ir tras el Internet de las Cosas, porque es todavía una categoría floreciente. Y eso deja las cosas abiertas para una conquista futura.
Para ganar en la nueva industria, los analistas dicen que los fabricantes de chips necesitarán una amplia cartera de tecnologías en el procesamiento, la detección y la comunicación, así como el software para ponerlo todo junto y los protocolos de seguridad para mantenerlos a salvo.
Cada una de estas empresas también necesitará una estrategia para crear o unirse a una «puerta de entrada» — un hub centralizado que conecte a todos los objetos entre sí. Las dos puertas de entrada líderes en estos días son los teléfonos inteligentes y los routers inalámbricos.
Debido a que todavía no hay un fabricante de chips que pueda proporcionar todos estos requisitos, los analistas predicen una serie de adquisiciones y alianzas en el mundo de los chips a medida que las empresas tratan de ofrecer productos y servicios más completos para el Internet de las Cosas.
Un indicador de esta tendencia podría ser Qualcomm, que el año pasado acordó pagar US$2,500 millones por la fabricante de chips británica CSR. El acuerdo le permitirá a Qualcomm reforzar sus capacidades en Bluetooth, una forma clave de conexión inalámbrica.
Aun así, pasarán años antes de que surjan líderes en el nuevo espacio.
«Creo que la buena noticia para los fabricantes de chips es que estamos ante una marea creciente que sacará a flote todos los barcos«, dijo Colello, de Morningstar. «Es difícil en este momento determinar si va a levantar a algunos más que otros«.
serhumano.com / Ben Fox Rubin
Fuente: cnet.com