El término ciberacoso, también conocido como ciberbullying, es una extensión del acoso en los medios tecnológicos, por teléfono o por Internet, por el cual una persona (acosador) trata de minar y socavar la autoestima de otra (acosado o bullied), enviándole mensajes amenazantes, intimidatorios o chantajistas a través de servicios de e-mail o mensajería instantánea (tipo chat o messenger), sms o las redes sociales.
Antes de que se extendiese el uso de la tecnología, el fenómeno de bullying o de acoso o maltrato se producía un encuentro cara a cara entre el acosador y el acosado, acompañado de insultos, amenazas y burlas, pudiendo además desembocar en la agresión física como modo de conseguir aquello que quería el acosador.
Algunos expertos como el Dr. en psicología Juan Moisés de la Serna en www. webconsultas.com distingue entre ciberacoso y ciberbullying, siendo el primero aquel que se produce mediante el uso de nuevas tecnologías; restringiendo el término de ciberbullying únicamente a los casos en que el acoso se realice entre menores utilizando para ello los medios tecnológicos.
Los interrogantes, ¿cómo pueden los padres cuidar la vida digital de sus hijos sin inmiscuirse en su privacidad? o ¿cómo hacerles tomar conciencia acerca de los peligros de Internet?, aquejan diariamente a los padres cuando sus hijos crecen y las redes sociales, Internet y chats ocupan la mayor parte de su día.
El primer paso es, sin duda, que los mayores conozcan los riesgos, sepan cómo transmitirlos y eduquen a sus hijos para que no corran peligro y para que hagan un uso adecuado de la tecnología, sin molestar, tampoco a otros usuarios.
El Dr. Serna indica que cuando se produce el ciberacoso se presentan una serie de síntomas que pueden dar pistas tanto a familiares como a profesores de que algo le está sucediendo al alumno, teniendo en cuenta que cuanto más tiempo esté expuesto al ciberbullying, más graves serán los síntomas, como estrés o ansiedad, acompañados de sentimientos de impotencia, ira, fatiga y desánimo generalizado.
Además las consecuencias en la vida privada del acosado o bullied, mostrará una serie de mermas en las relaciones sociales, tanto familiares como con los compañeros; igualmente el desempeño escolar va a reducirse debido a esta falta de interés y fatiga que le acompañan. Es precisamente esta repentina bajada del rendimiento lo que puede dar pistas a los padres o profesores sobre que algo no va bien.
El descenso también se notará en la autoestima de la persona, con sentimientos de indefensión y de culpa, al ver cómo se ataca a su vida íntima y personal, sin saber cómo detenerlo; pudiendo generar cambios en la personalidad,apareciendo actitudes hostiles, suspicaces y hasta obsesivas.
El Dr. Juan Moisés considera que de mantenerse el ciberacoso en el tiempo, estos síntomas pueden traducirse en verdaderas enfermedades, ya sean físicas, debido a la somatización de la presión, la falta de sueño o dolores tensionales; e incluso psicológicas, causadas por episodios depresivos que pueden desencadenar en un Trastorno de Depresión Mayor o por la ansiedad, propiciando un trastorno por estrés postraumático.
Es especialmente preocupante el creciente número de casos entre adolescentes. Por ejemplo en España, casi un tercio de los menores de 17 años afirma haber sufrido ciberacoso, e incluso el 19% reconoce haber insultado en la red. En Latinoamérica, según datos de la UNESCO, más del 50% de los alumnos de primaria ha sido víctima de acoso escolar, un peligro que se potencia en la red.
¿Qué hacer cuando se detecta ciberbullying?
Cuando uno mismo empieza a recibir amenazas o insultos a través de la red, o conoce a quien lo recibe, es importante que se le comunique a una persona que pueda poner freno a dicha situación, ya sea al profesor o a los padres, en caso de un menor. Éstos deberán adoptar las medidas oportunas que pueden ir desde la retirada del acceso a Internet al menor, como la denuncia pertinente ante los juzgados para que las autoridades adopten las medidas oportunas.
Para ello cada país está desarrollando su propio plan de actuación ante los casos de ciberacoso o ciberbullying, donde se coordinan los cuerpos judiciales y policiales, identificando al agresor y adoptando primero medidas disuasorias, y en caso de no cesar el acoso, otras de tipo penal que pueden llevar incluso a la privación de libertad.
¿Qué dicen los estudios al respecto?
Recientemente se llevó a cabo en Argentina el III Encuentro Internacional Conectados para Protegerlos, un evento organizado por la Interpol, y otros organismos, con el objetivo de promover la búsqueda coordinada de respuestas en torno al uso seguro de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) para garantizar la protección digital integral de la infancia y la adolescencia en América latina.
Durante este encuentro se presentó Los derechos de los niños en la era digital, una investigación realizada por Unicef Argentina. Este informe observa, entre otros datos relevantes, que el 64,4% de los entrevistados navega sin compañía de un adulto y que el 76% aseguró que sus padres no conocen las contraseñas de sus cuentas de redes sociales ni de correo electrónico, mientras que el 36% aceptó que mintió sobre su edad y el 25% se contactó con personas que no conocía.
Otro dato preocupante es que el 50% de los encuestados conoció a una persona en Internet y, 6 de cada 10 adolescentes que conocieron contactos por las redes sociales los han visto personalmente. «Los riesgos para niños, niñas y adolescentes en los entornos digitales no se encuentran asociados a la tecnología como tal, sino a la falta de acompañamiento adulto«, asegura Viviana Quintero, organizadora del encuentro y coordinadora de contenidos y proyectos de Red PaPaz, organización civil que reúne padres y madres de Colombia.
Para resguardar la vida digital de los chicos y jóvenes, es necesaria la combinación de varios factores: padres comprometidos, herramientas de control y difusión de los peligros que existen en Internet
Por su parte, Las realidades de la ciberpaternidad, estudio realizado por Intel Security en base a una encuesta a 8000 chicos de entre 8 y 16 años y 9000 padres de todas partes del mundo, reveló que las mayores preocupaciones de los padres -en relación con las actividades online de los chicos- es que sus hijos se vinculen con estafadores y pedófilos sin saberlo (24%). Asimismo, el 78% de los jóvenes consultados declararon estar preocupados por mantener la privacidad de su información personal en Internet.
Además esta investigación mostró que el 44% de los jóvenes indican haber sido testigos de alguna clase de comportamiento cruel en las redes sociales. El 27% de los encuestados admitió que acosó a otras personas y el 44% que fueron víctimas de maltrato por otra persona.
«Si hiciéramos un ranking de preocupaciones y principales riesgos, las cuatro principales son: el acceso al contenido inadecuado, el uso de las redes sociales, el ciberbulling y el acoso sexual, principalmente pedófilos, on line«, enumera Carlos Aramburu, gerente de McAfee.
El error fundamental de los padres es no capacitarse, no aprender sobre la vida digital y cómo influye en los comportamientos de sus hijos. «Si los padres entendiéramos que, por ejemplo, el 63% de los adolescentes postea datos personales sensibles como e-mail, teléfono de contacto o ubicación; tomaríamos acciones sin dudar. Debemos entender también que para el 57% de los adolescentes es muy importante obtener un Me gusta. ¿Qué estarían dispuestos a hacer para obtenerlo? ¿Y si eso no fuera algo bueno? La mejor manera de evitar los errores de los padres es actualizarse, es entender cómo la tecnología modifica la vida de nuestros hijos y las razones que llevan a los adolescentes a tomar determinados comportamientos«, señala Aramburu.
Para resguardar la vida digital de los chicos y jóvenes, Aramburu asegura que es necesaria la combinación de varios factores: padres comprometidos, herramientas de control, y difusión masiva de los casos y peligros que existen en Internet. «De esta manera los chicos, a través del diálogo con sus padres, pueden comprender el uso correcto de las herramientas y, al ver que efectivamente existen peligros reales, se genera conciencia y cambios en los comportamientos«, detalla.
seryhumano.com / Yosmar Herrera
Con datos de lanacion.com y webconsultas.com