El mundialmente famoso “encantador de perros” César Millán, ha demostrado un sin número de estrategias psicológicas adaptadas a los humanos y sus perros para el desarrollo de una sana convivencia, sin embargo, siempre se le ha visto interviniendo en entornos en donde ya se encuentran las mascotas, por lo que ha decidido remontarse hacia un origen previo a los posibles conflictos, brindándonos una fundamental herramienta a través de su libro A member of The family, The ultimate Guide to living with a Happy, Healthy dog (Un miembro de la familia, La última guía para vivir con un feliz y saludable perro), en donde presenta un fácil pero profundo test que permite reconocer a la familia si en realidad ya se encuentra lista para tener un perro.
Gracias al apoyo profesional de César Millán, podremos evaluar con sinceridad si seremos capaces de tener un perro en casa, reduciendo eficientemente la incidencia de los errores más comunes que llevan al sufrimiento de las mascotas cuando no se está suficientemente preparados para tenerlas.
La primera pregunta que Millán platea en su test se centra en los motivos reales que están impulsando a la familia para tener una mascota, específicamente un perro. Por qué particularmente tiene que ser un perro y no cualquier otro animal doméstico, saber cuáles son los motivos más importantes que cada miembro de la familia siente para tener un perro es de fundamental importancia, pues permitirá considerar la opción con sinceridad, conociendo la prioridad de cada quien.
En segundo lugar, y muy posiblemente se vaya resolviendo a medida que se evalúe la primera consideración, es dejar muy en claro si todos los miembros de la familia desean realmente tener una mascota y si cada uno estará dispuesto a brindarle su cuidado, atención y afecto cada vez que sea necesario, de este modo las responsabilidades serán compartidas y el perro no se convertirá en una carga para nadie.
El tercer paso, pero no menos importante, concierne precisamente a la responsabilidad que cada miembro de la familia esté dispuesto a asumir para el cuidado del perro, distribuyendo las actividades necesarias entre todos según las verdaderas posibilidades de cada quien, de manera que no se hagan tediosas o inclusive incómodas tanto para la persona como para el perro.
Una vez aceptado el acuerdo entre todos, la familia estará lista para recibir con todo su amor y cuidado al nuevo miembro del hogar, con todos sus encantos por disfrutar y sus necesidades por atender.
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