Cultura del Ser

Jesús de Nazaret, un judío vinculado a los esenios (secta mística hebrea), fundó hace aproximadamente 2000 años el cristianismo, una religión monoteísta de carácter universal.

El Cristianismo es hoy por hoy, la principal fuerza espiritual del mundo y, sus principios fundamentales son los siguientes:

1) La igualdad social sostenida por el amor universal o fraternidad de todos los seres humanos;

2) La caridad y la humildad;

3) La fe en Jesús y en su «Buena Nueva» que anuncia el advenimiento del Reino de Dios;

4) La separación de los asuntos espirituales y seculares en el mundo político, fragmentando así, a la Teocracia.

Las frases de Jesús son significativas: «amarás a tu prójimo como a ti mismo«; «todos los hombres son iguales ante Dios«; «bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios «; «más fácil es que entre un camello por el ojo de una aguja que un rico en el Reino de los cielos«; «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios «; entre otras.

En efecto, la nueva fe impactó a todas las clases sociales del imperio romano. Sobre todo, en las capas más bajas de la sociedad. Por supuesto, Roma adoptó la nueva Religión en el siglo IV de nuestra Era.

Con el devenir del tiempo y luego del acaecimiento de algunos episodios trascendentes y relevantes, el Cristianismo auténtico sufrió algunas transformaciones, adaptándose al sistema imperante de la época. Es decir, que a las enseñanzas de Jesús y en su nombre, empezaron a sobreponerse principios políticos.

Además, hubo una mezcla de paganismo y cristianismo. Se introdujo a la Religión Cristiana una serie de tradiciones egipcias, mesopotámicas y de otras latitudes de Oriente. Todo esto ocurrió a partir de la conversión nominal de Constantino al cristianismo.

En otro orden, cuando Jesús inició su vida pública, predicando respecto del cumplimiento de los vaticinios hecho por los profetas. La presencia de Jesús y su obra constituyen la presencia del Reino de Dios en el mundo. El comienzo de la realización del Reino, significa la iniciación de una lucha que culminará en la Parusia (que en griego quiere decir presencia o llegada), al final de los tiempos, con el triunfo absoluto y definitivo del bien.

Jesús comenzó a adoctrinar a sus discípulos con parábolas, escuetos relatos cuyos significados les revela. Dichas parábolas enseñan que, el Reino que ha comenzado de manera humilde le aguarda una enigmática expansión en el futuro.

Desde luego, a ese Reino solo se entra por medio de la fe, según el cristianismo. La fe no es más que, la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. En fin, tener fe es creer sin ver.

seryhumano.com / *Denny Agramonte

*Abogado, Ensayista, Comunicador y Político