Un estudio en el Reino Unido analizó a profundidad los contenidos que se publican en Twitter.
Un día cualquiera, una persona se levanta alegre, motivada y llena de entusiasmo. Pero en la noche todo cambia y su ánimo termina por el piso. Parece otra persona.
Según el neurólogo Gustavo Castro, es claro que los pensamientos y las emociones se modifican a lo largo del día como respuesta a la exposición de diferentes situaciones. Sin embargo, hasta ahora nadie había explicado por qué se presentan estas fluctuaciones, en ocasiones, de manera tan severa.
Pero una investigación reciente realizada en la Universidad de Bristol, en el Reino Unido, se dio a la tarea de demostrar cuáles son las manifestaciones externas del estado de ánimo de centenares de personas a partir del seguimiento de los mensajes que escribían en sus cuentas de Twitter durante el día.
De hecho, analizaron 800 millones de tuits con más de 7.000 millones de palabras, publicados durante cuatro años. Y concluyeron que el estado psicológico de una persona se puede inferir mediante métodos psicométricos que categorizan las palabras usadas y el número de ellas, que no solo definen el perfil de personalidad sino a partir de una línea de base permiten determinar los cambios de genio.
En otras palabras, siguieron los contenidos del Twitter de cada persona con intervalos de una hora y sobre ellos determinaron los cambios temporales que expresaban y, sobre ellos, determinaron rasgos psicológicos que proyectaron hacia la población general.
Según Nello Cristianini, profesor de ciencia artificial de la citada universidad, para la investigación se definieron 73 categorías que incluían emociones agradables y desagradables, motivaciones asociadas al poder y a los logros, preocupaciones, trabajo, actitud frente a la muerte y tópicos relacionados con amigos y familiares.
Los hallazgos
Según Stafford Ligntman, endocrinólogo que participó en el estudio, se observó que la tendencia a hablar con consideración sobre las familias muestra una curva creciente los fines de semana, mientras que datos aparentemente intrascendentes como la comida aparecen de manera regular casi siempre a la hora de injerirlas.
Fabon Dzogang, quien también participó en el estudio, manifiesta que este hallazgo es algo más que un perfil estadístico y determina lo importante que es para las personas salirse de la rutina y encontrarse con algo agradable como son las horas del almuerzo. En otras palabras, los descansos y las pausas generan buena armonía, por lo cual recomienda hacerlo. Por otro lado, pone en evidencia la necesidad de dedicar más tiempo a las familias.
El estudio llama la atención en que hay un tiempo máximo de expresión, relacionado con el poder y con los logros, ubicado entre las 5 y las 6:00 de la mañana, en el cual el pensamiento es mucho más analítico y se pone de manifiesto con lenguaje impulsivo, que permite además poner de manifiesto las preocupaciones personales.
Dice Cristianini que a partir de las 3:00 de la madrugada empieza una ola creciente de preocupaciones existenciales con un lenguaje más introspectivo que permite traducir que son las horas en las cuales las personas se dedican a sí mismas en un tono de reflexión.
Sin embargo, añade Cristianini, hacia las 7:00 de la mañana el lenguaje de manera colectiva se relaciona con el impacto de los actos personales sobre el entorno familiar y de amistades. En ese espacio crecen los comentarios sobre riesgos, dinero y trabajo.
De acuerdo con los investigadores, estas modulaciones en los comportamientos no son gratuitas. Son el resultado del ciclo metabólico que en el cuerpo controla desde el sueño hasta la temperatura y que al determinar que la energía es superior en las mañanas, y que decae con el transcurso del día, impacta de manera específica sobre la actividad neuronal y los niveles hormonales. De ahí los cambios.
Por eso, señala Castro, las personas en las noches prefieren hablar de temas más pausados, más relajados y menos conflictivos, como la familia, los proyectos o los sentimientos. Y se reserva para las horas de la mañana cuando hay más energías, temas como la productividad, el trabajo y el dinero.
Todo lo anterior influye en todos los procesos mentales, a tal punto de que se encuentra mayor creatividad en aquellas etapas en las que el estado de ánimo es positivo; es decir, aquel en el que los protagonistas son los amigos, la familia, los hijos o la introspección personal; eso, sin desconocer que la gente se torna más desconfiada cuando es más feliz consigo misma. Es decir, cuando la autoestima crece.
En las noches es mejor hablar de temas pausados, relajados y menos conflictivos, como familia, proyectos o sentimientos
Guía para mejorar su ánimo
Los expertos demostraron que, si bien estos son patrones generales, existen herramientas para evitar que las fluctuaciones en el ánimo sean demasiado grandes y por lo tanto recomiendan:
Cuidarse: Mantenerse en forma desde el punto de vista físico y emocional, evitando riesgos innecesarios. Un cuerpo mal cuidado se traduce en una mente menos despierta. Promueva hábitos saludables:
Ejercicio: Toda la actividad física mejora la autoestima a partir de las hormonas que moviliza a nivel cerebral. Es necesario hacerlo regularmente; con eso se ocupa la mente, se mejora el optimismo y los pensamientos positivos prevalecen. Y se liberan tensiones.
Converse: Llamar a un amigo en los momentos en los que el ánimo está por el piso es una buena herramienta. Se sabe que la vida social amplia y de calidad es buena medicina contra los males emocionales. Además de favorecer sentimientos, garantiza la autoaceptación.
Duerma: Hacerlo mínimo siete horas es favorable. Desviarse de ese promedio conduce al malestar. La falta de sueño merma el estado físico.
Metas claras: Mida sus capacidades y emprenda tareas que pueda cumplir. Vigile que sus objetivos sean realistas. Retroceda si es necesario.
Música: No es un mito, la música crea emociones propias y evoca buenos momentos. Además, reduce la ansiedad y relaja.
No se compare: Aunque es crucial en la construcción de la personalidad, la permanente comparación puede traer frustraciones. Recuerde que siempre habrá gente mejor o peor, pero que usted es único. Céntrese en usted.
Dimensione sus problemas: Cualifíquelos de manera realista y avance siempre hacia la búsqueda de soluciones, no los abandone. No piense que todos sus problemas son de factores externos. Ponga de su parte.
Descanse: Haga pausas, tome vacaciones, ríase. Si está muy agobiado, sepárese por un momento de la situación y después verá las cosas con más claridad.
seryhumano.com