Confía callado en el SEÑOR y espérale con paciencia; no te irrites a causa del que prospera en su camino, por el hombre que lleva a cabo (sus) intrigas.
Salmos 37:7
Rey Celestial, contemplar el nuevo día es la certeza de que actúas en mi vida, que tienes un plan para mí, que no es lo que quiero sino lo que necesito, que no son mis esfuerzos sino tus obras, que no es cuando yo quiero, sino en tu tiempo.
Gracias por hablarme, por guiarme y por sorprenderme, abro mis manos para recibir todo lo que tienes para mí, abro mi corazón para permitir que seas Tú obrando en él.
Te entrego mis seres queridos para que hagas en ellos Tu voluntad, para que nos permitas estar unidos en Tu amor.
Tú conoces mis anhelos y aquello por lo que clamo a Ti cada noche al acostarme y mi primer pensamiento en la mañana, concédemelo si es conforme a Tu voluntad. Aliméntame con Tu Palabra Amado Dios.
Por Jesucristo Tú Hijo nuestro Señor. Amén, amén y amén.
¡DIOS TE BENDIGA!
seryhumano.com Enviado por Juan Kiklikian
