por Andrés Landaeta
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Es quizá utópico insistir en la recuperación de los principios éticos y los valores morales, venidos a menos y cada vez más en retroceso. En el mundo actual lo lamentable es que, ante la constante pérdida de estos, las estructuras y el fundamento para un desarrollo social, no se construyen con la fortaleza necesaria en lo primero y no se implantan en la conciencia como se quisiera, en lo segundo, peligrando de esta manera un futuro social sano.
Edificándose en cambio una sociedad en parte informal y en parte mercantilista, cuya economía se fortalece, pero su ética natural está en terapia intensiva. Una sociedad con estas características, basada netamente en lo económico y en lo informal, tarde o temprano estalla.
La gravedad del asunto es que la gran mayoría de juzgadores, más están para ser juzgados (y condenados). Actualmente conviven tres generaciones de humanos con una ética y moral tergiversadas. Eso ya ¡es alarmante! Consecuencia de ello, vivimos en sociedades sin el control que debiera y, ejerciendo no una sana libertad sino, un libertinaje; prostituyendo el concepto.
Es hora de asumir y comprender que el lado negativo de las cosas solo brinda enfermedades, violencia, conflictos innecesarios, stress, bajones de ánimo, separaciones familiares, llanto, imposibilidad para hallar soluciones y comprender que donde hay ética hay justicia, solidaridad, amor y responsabilidad, alumbra el sol, hay posibilidades, es posible curarnos, podemos ofrecer a nuestros semejantes mejores cosas, nuestro corazón tiene mayores razones para permitirte sonreír.
Cualquier individuo de cualquier país del mundo es consciente de que, aunque no siempre sea el caso y siempre haya motivos para debatir en algunos casos muy particulares, de manera general, existen ciertos principios y valores universales innegables que todos conocemos y sin los cuales el funcionamiento de la sociedad moderna no tendría ningún sentido. Hay que recuperar esto.
seryhumano.com / Andrés Landaeta