Oración

por Linda Kiklikian








Cantad a él, cantadle salmos; hablad de todas sus maravillas

1 crónicas 16:9

Gracias Dios Padre Eterno porque tus maravillas se renuevan cada amanecer para cada uno de nosotros que, ahora nos presentamos delante de Ti.

Gracias por tus palabras de hoy contempladas en los capítulos 3 y 4 del libro de Daniel, destacándose: ‘Entonces Nabucodonosor dijo: «Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego. Él envió a su ángel para que salvara a sus fieles servidores. Ellos confían tanto en él que desobedecieron la orden del rey y arriesgaron sus vidas, antes que alabar o arrodillarse para adorar otro dios». ‘Por eso, yo, Nabucodonosor, alabo, bendigo y doy gloria al Rey del cielo. Sus obras son justas y sus caminos rectos. Él es capaz de humillar a los arrogantes» (Daniel 3:28 y 4:37).

Gracias porque podemos decirte: 

Bienvenido Espíritu Santo de Dios.

Bienvenido a cada célula de mi cuerpo, bienvenido a todo mi ser.

Bienvenido a cada uno de mis sueños, a cada uno de mis proyectos.

En el precioso nombre de Jesús de Nazaret te entrego todo lo que soy, todo lo que seré y todo lo que haré confiando como un bebé en tu grande e incomparable sabiduría e infinito amor.

Te entrego mi corazón, te entrego cada uno de mis pensamientos, te entrego mi forma de mirar, para que mis ojos no dejen ni un segundo de mirar los dulces ojos de mi Salvador Jesús.

Te entrego mis oídos para que solo escuchen su voz, mi tacto, para que emprenda con mis manos lo que construya la voluntad de Dios y mis pies para que solo vayan donde sea de su agrado.

 Te entrego cada respiro.

 Te entrego mi boca para que produzca gozo y alegría, fuerza, apoyo e ideas que al ser declaradas sean de gran bendición para mis semejantes y para mí.

Te entrego mi hogar, te entrego a mis seres queridos, te entrego a mis hermanos amigos, a mis colegas y también a los que me hacen el mal, te entrego nuestros gobernantes confiando en tus promesas dadas,  perdónanos,  ten piedad de nuestro pasado y construye desde ahora y para siempre el nuevo hoy,  nuestro mañana y la eternidad con nosotros, siempre ustedes a nuestro lado Padre, Hijo y Espíritu Santo,  así encontraremos la paz que sobrepasa todo entendimiento y toda circunstancia, toda tormenta que quizás podríamos cruzar.

Todo te lo pedimos en el precioso e incomparable nombre de nuestro señor Jesucristo, amén y amén. 

DIOS NOS BENDIGA.

seryhumano.com / Linda Kiklikian