No es fácil irse a vivir a otro país. Existen conflictos y percepciones distintas y en diferentes ángulos. Venezuela se encuentra hundida en una crisis descomunal y somos los ciudadanos quienes pagamos el precio de los errores políticos y gerenciales que se ha practicado en nuestra nación. Son los nacionales de cada país que nos brindan cobijo quienes «pagan los platos rotos» de la «Revolución Bonita«, y los emigrantes quienes somos blanco de prejuicios, sandeces, insultos, xenofobia…
Como comunicadora investigo, observo y leo lo que se escribe de los venezolanos en los distintos blogs, medios y RRSS y me entristece cuando nos «linchan» con palabras hirientes y total desparpajo como si hablaran de «cosas» y no de humanos.
Sí, constituimos un problema por donde nos desplazamos; soy empática con los chilenos, peruanos, ecuatorianos y colombianos, les entiendo perfectamente su preocupación. Ninguno de ustedes nos deben absolutamente nada; no soy partidaria de llamar a la memoria situaciones pasadas, donde los emigrantes eran otros en tierras venezolanas. Ustedes son dueños de sus territorios y somos nosotros sus «invitados» que estamos obligados, por ética, a respetar sus normativas. Su casa, sus normas. Pero, por favor, cuando tengan algo poco agradable que decirnos, no generalicen. Lleve su queja al individuo que no se ha portado a la altura de las circunstancias, pero que lamentablemente lleva mi gentilicio.
seryhumano.com / Yosmar Herrera
