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En comportamiento humano, el negacionismo es exhibido por individuos que eligen negar la realidad para evadir una verdad incómoda. De acuerdo al autor Paul O’Shea, «es el rechazo a aceptar una realidad empíricamente verificable. Es en esencia un acto irracional que retiene la validación de una experiencia o evidencia históricas«. El autor Michael Specter define el negacionismo grupal cuando «todo un segmento de la sociedad, a menudo luchando con el trauma del cambio, da la espalda a la realidad en favor de una mentira más confortable«.
En ciencia, ha sido definido como el rechazo de conceptos básicos, aceptados y fuertemente apoyados por la evidencia que forman parte del consenso científico en tal área en favor de ideas que son radicales y controversiales. Se ha propuesto que sus variadas formas tienen en común el rechazo a la arrolladora evidencia y la búsqueda de controversia en un intento de negar que exista un consenso. Un ejemplo usual es el creacionismo de la Tierra joven y su disputa con la evolución.
Se han acuñado los términos negacionismo del Holocausto, del VIH/sida, y se ha llamado negacionistas del cambio climático a aquellos que se oponen al consenso científico que sostiene que el calentamiento global es real y se debe a las actividades humanas.
Han criticado el uso de la palabra negacionismo como una técnica de propaganda para reprimir puntos de vistas minoritarios. De manera similar, en un ensayo que discute la importancia del escepticismo, Clive James objetó el uso de negacionista para describir a escépticos del cambio climático, afirmando que esto «recuerda al espectáculo de un fanático negando al Holocausto«.
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Celia Farber se opone al término negacionista del VIH, argumentando que es injustificado poner esta creencia en el mismo nivel moral que los crímenes nazis de lesa humanidad. Sin embargo, Robert Gallo defienden esta comparación, sosteniendo que el negacionismo del VIH es similar al del Holocausto debido que es una forma de pseudociencia que «contradice un cúmulo inmenso de investigación«.
Se han propuesto diversas motivaciones y causas para el negacionismo, incluyendo creencias religiosas y egoísmo, o un mecanismo psicológico de defensa contra ideas perturbadoras.
El negacionismo es una resultante de la memoria de los acontecimientos trágicos que tuvieron lugar en Francia, y en Europa en general durante el conflicto bélico de 1939-1945. Se trata de una corriente de pensamiento que nació en Francia y fue especialmente activa luego de la Segunda Guerra Mundial, como consecuencia de los acontecimientos ocurridos en ocasión de ese conflicto, y se desarrolló a partir de 1950, y se ha intensificado en los últimos años.
Revisionismo vs negacionismo
Para esclarecer lo que significa un pensamiento negacionista es necesario diferenciar dos posturas con respecto al análisis de la historia reciente: el revisionismo y el negacionismo.
El revisionismo consiste, por parte del historiador, en examinar las ideas historiográficas tradicionales, ponerlas en duda y de esta manera introducir una nueva interpretación de los hechos históricos, a partir de nuevos descubrimientos en los temas estudiados. Por esto el revisionismo es una postura normal respecto de la historia tradicional.
El negacionismo es diferente en el sentido de que no «revisa» los hechos, sino que los niega completamente. Así, los negacionistas niegan la existencia propia de la Shoah, es decir, el exterminio de los judíos y de todos los individuos considerados como inferiores. Tal posición ante al referido genocidio perpetrado por los nazis es lo que se llama negacionismo.
Negacionismo vs escepticismo
Es posible combinar el escepticismo y el negacionismo, ya que los defensores de ambos parecen «negar» que algo exista hasta que se les convenza de lo contrario. Pero decir que un escéptico es un negador de la homeopatía y que un negador del Holocausto es un escéptico, sería un error.
Si bien ambos tienen un tono negativo o crítico, las posiciones son diferentes en su forma de ver y adquirir e interpretar los datos. El escepticismo es un método, mientras que el negacionismo es una posición. Lo contrario de «escéptico» es «creyente«, y es posible adoptar algo sin dejar de ser escéptico.
El negacionismo, sin embargo, dista de ser una postura académica o científica, esto es, sometida a los requisitos y métodos de las disciplinas científicas sociales o humanísticas. Antes bien, es una construcción ideológica que busca legitimarse en la apariencia científica. Quien niega la existencia de los campos de exterminio —o del exterminio mismo de los judíos— no busca construir un conocimiento científico sino legitimar una forma de odio. Ephraim Kaye, o Pierre Vidal Naquet, por poner dos ejemplos, han probado las raíces ideológicos —no científicas— del discurso negacionista.
Peligros del negacionismo
Las consecuencias de una política basada en puntos de vista negacionista pueden ser fatales. La negación de Thabo Mbeki de que de que el VIH causa el SIDA impidió a miles de madres VIH positivas en África del Sur que recibieran antirretrovirales por lo que, sin necesidad, transmitieron la enfermedad a sus niños. Su ministra de Salud, Manto Tshabalala-Msimang, rechazó infamemente la evidencia de la eficacia de estos medicamentos, para en su lugar, abogar por un tratamiento a base de ajo, remolacha y papa africana. Fue irónico que su salida del cargo coincidió con la concesión del Premio Nobel a Luc Montagnier y Françoise Barré-Sinoussi, por su descubrimiento de que el VIH es el causante del SIDA. El rechazo de la evidencia científica es también evidente en la popularidad del creacionismo, con un estimado de 45% de los estadounidenses en 2004 creyendo que Dios creó al hombre en su forma actual en los últimos 10,000 años. Mientras sucesivas sentencias de la Corte Suprema de los EE.UU. han rechazado la enseñanza del creacionismo como ciencia, muchas escuelas estadounidenses son cautelosas al hablar de la evolución.
Elementos característicos del negacionismo
El negacionismo es un proceso que emplea algunos o todos los cinco elementos característicos de una manera concertada.
1.- La identificación de conspiraciones. Cuando el abrumador peso de la opinión científica cree que algo es verdad, los negacionistas argumentan que esto no es porque los científicos hayan estudiado de forma independiente los datos para llegar a la misma conclusión. Esto se debe, según ellos, a que han participado en una conspiración compleja y secreta. El proceso de revisión por pares es visto como una herramienta mediante la cual los conspiradores reprimen la disidencia, y no como un medio para eliminar los documentos y solicitudes de subvención no respaldadas por evidencias, o que carezcan de pensamiento lógico. Existe también una variante de la teoría de la conspiración, el inversionismo, en el que algunas de las propias características y motivaciones son atribuidas a otros. Por ejemplo, las empresas tabacaleras describen la investigación académica sobre los efectos en la salud por el consumo de tabaco como producto de una «industria antitabaco«, que describen como «un cártel oligopolístico, altamente concentrado y verticalmente integrado, en combinación con algunos monopolios públicos» cuyo objetivo es «fabricar supuestas pruebas e inferencias sugerentes que vinculan el fumar con diversas enfermedades y mercadeo, y la difusión y publicidad de estos supuestos hallazgos a la mayor cantidad posible de público«.
2.- El uso de falsos expertos. Estas son personas que pretenden ser expertos en un área en particular, pero cuyos puntos de vista son totalmente incompatibles con el conocimiento establecido. Han sido ampliamente utilizados por la industria del tabaco desde 1974, cuando un alto ejecutivo de RJ Reynolds diseñó un sistema para anotar los científicos que trabajan sobre el tabaco en relación con el grado en que apoyaron la posición de la industria. La industria adoptó este concepto con entusiasmo en la década de 1980, cuando un alto ejecutivo de Philip Morris desarrolló una estrategia para reclutar a estos científicos (refiriéndose a ellos como «abrigos blancos«, para ayudar a contrarrestar la creciente evidencia sobre los efectos nocivos del humo de segunda mano. Esta actividad se llevó a cabo principalmente a través de organizaciones pantalla cuyos vínculos con la industria tabacalera fueron ocultados, pero bajo la dirección de bufetes de abogados que actúan en nombre de la industria del tabaco.
El uso de falsos expertos a menudo se complementa con la denigración de expertos e investigadores establecidos, con acusaciones e insinuaciones que buscan desacreditar su trabajo y ponen en duda sus motivaciones. Stanton Glantz, profesor de medicina en la Universidad de California en San Francisco y que ha hecho una gran contribución a la exposición de las tácticas de la industria tabacalera, es blanco frecuente de los negacionistas del tabaco. Se le describe en el sitio web de Forces como “tristemente célebre por ser el más audaz de los mentirosos en el ‘control del tabaco’ que la mayoría de la éticamente cuestionable pandilla de estafadores”, y agregan que “él cínicamente implica que su investigación sobre el tabaquismo es ciencia, apoyándose en el triste hecho de que los políticos, por no hablar de los medios de comunicación, no tienen idea de que la epidemiología no es ciencia real y que sus estudios definen lo que llamamos ciencia basura”.
3.- La selectividad, valiéndose de documentos aislados que desafían el consenso dominante o destacando los defectos en artículos más débiles entre aquellos que lo apoyan, como una forma de desacreditar a todo el campo. Un ejemplo del primer caso es el ampliamente citado artículo de The Lancet acerca de un estudio dirigido por Andrew Wakefield donde describe anomalías intestinales en 12 niños con autismo, que se limitó a sugerir una posible relación con la inmunización contra el sarampión, las paperas y la rubeola. Esto ha sido ampliamente utilizado por los activistas contra la vacunación, a pesar de que 10 de los 13 autores del artículo, se retractaron después de haber hecho la sugerencia de tal asociación. Afortunadamente, el trabajo de la Colaboración Cochrane en la promoción de las revisiones sistemáticas ha hecho que la citación selectiva sea más fácil de detectar.
4.- La creación de expectativas imposibles sobre lo que la investigación puede ofrecer. Por ejemplo, los que niegan la realidad del cambio climático apuntan a la ausencia de registros precisos de temperatura desde antes de la invención del termómetro. Otros utilizan la incertidumbre intrínseca de modelos matemáticos para rechazarlos por completo como medio de comprensión de un fenómeno. A principios de 1990, Philip Morris trató de promover una nueva norma titulada Buenas Prácticas Epidemiológicas (BPE) para la realización de estudios epidemiológicos. Bajo las directrices del BPE, proporciones inusuales, de 2 o menos, no se considerarían una fuerte evidencia de causalidad, invalidando de una sola vez una gran cantidad de investigaciones sobre los efectos en la salud de muchas exposiciones. A pesar de que Philip Morris finalmente redujo su programa BPE (ya que ningún cuerpo epidemiológico estaría de acuerdo con esa norma), la British American Tobacco todavía utiliza este criterio para refutar el riesgo asociado con el tabaquismo pasivo.
5.- El uso de la tergiversación y las falacias lógicas. Por ejemplo, los grupos profumadores a menudo han utilizado el hecho de que Hitler apoyó algunas campañas antitabaco con el fin de representar a los que abogan por el control del tabaco como si fueran nazis (incluso acuñando el término niconazis), esto a pesar de que otros nazis de alto rango eran fumadores. Con esta argumentación quieren bloquear los intentos de difundir la propaganda contra el fumar y, de este modo, asegurar que las tropas dispusieran de un suministro suficiente de cigarrillos.
Respondiendo al negacionismo
Los negacionistas son impulsados por una gama de motivaciones. Para algunos es la codicia, atraídos por la generosidad corporativa de las industrias del petróleo y del tabaco. Para otros, es la ideología o la fe, haciendo que rechacen cualquier cosa incompatible con sus creencias fundamentales. Por último, está la excentricidad y la idiosincrasia, a veces alentadas por el estatus de celebridad atribuidas al inconformista por los medios de comunicación.
Sin importar cual sea la motivación, es importante reconocer el negacionismo cuando se tenga enfrente. La respuesta académica normal a un argumento contrario es entablar una discusión con él, poniendo a prueba las fortalezas y debilidades de los diferentes puntos de vista, en la expectativa de que la verdad surgirá a través de un proceso de debate. Sin embargo, esto requiere que ambas partes obedezcan ciertas reglas básicas, tales como la disposición a ver la evidencia en su conjunto, rechazar las distorsiones deliberadas y aceptar los principios de la lógica.
Un discurso significativo es imposible cuando una de las partes rechaza estas reglas. Sin embargo, sería un error evitar que los negacionistas tengan una voz. En lugar de ello, argumentamos, es necesario cambiar el debate del tema en cuestión, exponiendo al escrutinio público las tácticas que emplean e identificarlos públicamente como lo que son. La comprensión de las cinco características mencionadas anteriormente proporciona un marco útil para hacerlo, como de alguna manera lo ha hecho este YouTuber con este video desde Chile con respecto a la historia de su país y la relación con medios de comunicación:
seryhumano.com
Tomado de pseudociencia.fandom
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