por Susana Iturra Herrera
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Estimado Monseñor Chomalí:
Lo que usted plantea en los primeros párrafos, de su columna, publicada en la ciudad de Concepción el día 02-11-2019 en el portal digital Iglesia.cl; estoy de acuerdo, pero explica, solo en parte, el leitmotiv de los saqueos. No obstante, en caso alguno justifica ninguna de las formas de violencia que hemos visto durante estos días y que no se detiene. No porque esas personas sean producto de nuestra sociedad, dado que fue injusta con ellos, habrá que permitir o justificar, ahora, saqueos y su violencia extrema.
Por otra parte, se debe considerar que detrás de todo esto hay también grupos organizados en torno a ideologías, anárquicos, etcétera, y, que en definitiva se trata de terrorismo.
Todos estos días he esperado de nuestra Iglesia, una voz oportuna, certera, oficial, visible, pública, que pastoreé, que pudiera ser mediadora, conciliadora. Sin embargo, ¿no estamos en condiciones, como otrora? Entonces, si efectivamente, somos también responsables e hipócritas, porque como Iglesia, los hemos abandonado y los soltamos de la mano, dejándolos caer y a la deriva, y para colmo, además, ahora no tenemos voz, para el rescate…y para decir y hacer lo que correspondería.
Recuperar la confianza perdida tomará mucho tiempo.
Atte. Susana Iturra Herrera
seryhumano.com
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