Los cerebros de las mujeres y de los hombres son diferentes entre sí. Estas diferencias se manifiestan tanto en su arquitectura como en su funcionamiento. Así, nos encontramos con que existen diferencias anatómicas, diferencias en los mensajeros químicos que comunican a las neuronas (llamados neurotransmisores) y diferencias en el funcionamiento cerebral entre sexos.
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Cerebro
La organización funcional del cerebro y las capacidades mentales de hombres y mujeres presentan diferencias significativas. Las investigaciones en ciencias cognitivas, particularmente neuropsicología.
Las diferencias comprenden un amplio espectro, desde actos reflejos a comportamientos más complejos.
La acción de las hormonas sexuales conforma redes neurales y procesos bioquímicos diferentes en los cerebros de hombres y mujeres, ya desde los primeros meses de vida intrauterina. Pero también las experiencias y aprendizajes en los contextos socioculturales conforman y organiza el cerebro de cada persona originando capacidades y comportamientos propios y diferenciales.
Algunas diferencias anatómicas y neuroquímicas entre hombres y mujeres han sido demostradas, al menos en los grupos muestrales analizados.
1. Lateralidad
Un metaanálisis demostró que, en general, los hombres tienen más desarrollado el hemisferio cerebral izquierdo y las mujeres, el derecho. Esto podría explicar el hecho de que exista una mayor proporción de zurdos en la población masculina, pero estamos ante una hipótesis solamente.
2. Tamaño de la amígdala y el hipocampo
Una diferencia real e incontestable es que el volumen cerebral del género masculino es más alto que el femenino, pues de media es de un 8-13 % más grande en varones. Esto no se ha podido correlacionar en ningún caso con variaciones en la inteligencia individual, así que no se trata de nada más que una diferencia fisiológica. Es posible que los hombres tengan el cerebro más grande porque posiblemente son más voluminosos (de media) en un conjunto morfológico.
Se han intentado registrar variaciones entre el tamaño de la amígdala y el hipocampo entre hombres y mujeres. Por ejemplo, estudios mostraron que la amígdala de los varones era un 10 % mayor. Estos resultados se han demostrado equívocos a un nivel práctico, pues si se factoriza un mayor volumen cerebral en el género masculino a la hora de calcular las proporciones, esta diferencia significativa desaparece.
3. Materia gris y materia blanca
Estudios neurológicos han demostrado que, en general, los hombres tienen 6,5 veces más cantidades de materia gris que las mujeres. Por su parte, el sexo femenino presenta una densidad de materia blanca 10 veces superior a la de los hombres. De forma simplificada, podríamos decir que la materia gris representa el procesamiento de información, mientras que la blanca permite la transmisión y comunicación entre los centros de procesamiento de dicha información.
Según Rex Jung, neuropsicólogo y coautor del estudio que reportó los datos brindados, esto podría indicar que el género masculino presenta más facilidad para tareas que requieren procesamientos locales, mientras que las mujeres excederían en procesos de integración y asimilación de procesos más “repartidos” por el cerebro.
Estos dos diferentes caminos neurológicos tendrían el mismo fin: una capacidad cognitiva efectiva y común. Por ello, no es de extrañar que no se observen diferencias significativas en la inteligencia entre hombres y mujeres. Distintos mecanismos, pero mismo resultado.
4. Diferencias neuroquímicas
Aunque nos hemos dejado algunas variaciones morfológicas por el camino, es necesario que exploremos el mundo de las hormonas para encontrar otras diferencias esenciales. Las variaciones debidas a concentraciones de andrógenos y estrógenos se representan de diversas formas si observamos el concepto de género desde un punto de vista binario. Por ello, no es de extrañar que estas sustancias también codifiquen, hasta cierto punto, algunos procesos cerebrales.
Por ejemplo, el estradiol (un estrógeno, la hormona sexual más importante de la mujer) influye en la función cognitiva, concretamente mejorando la memoria y el aprendizaje de una manera sensible a la dosis. Por otro lado, un exceso de estrógeno puede tener efectos negativos sobre la realización de tareas cotidianas y la memoria, por lo que estos desajustes hormonales pueden afectar a la capacidad cognitiva femenina en ciertos momentos.
En lo que a los hombres se refiere, la testosterona (hormona con efectos claramente más demostrables en varones desde un punto de vista bioquímico) ejerce efectos organizativos sobre el cerebro del desarrollo. Por otra parte, un aumento anormal de la concentración de progesterona en varones (típicamente sintetizada en la mujer, pero también presente en hombres) se ha correlacionado, en adolescentes, con la tendencia al suicidio.
Todos estos datos son lo que son: hechos bioquímicos documentados. Explicar una tendencia general poblacional en base a estos datos es imposible, y en todo caso, un error, ya que el ser humano es un ente propio influido por muchos más factores que la química que lo condiciona. Este pequeño paréntesis nos lleva, de hecho, a una importante reflexión final.
La peligrosidad del neurosexismo
Una publicación en la revista Nature evidencia lo innegable: los estudios enfocados a las diferencias entre cerebro masculino y femenino han estado sesgados en toda su historia por interpretaciones incorrectas, preferencialidad a la hora de su publicación, poder estadístico bajo y otras prácticas de índole dudosa.
Como ya hemos dicho, pueden registrarse diferencias morfológicas, pero no son más que eso, a menos que se demuestre lo contrario. Las diferencias cerebrales no hacen que los hombres sean mejores que las mujeres, ni viceversa.
El mensaje central de este tipo de argumentos que tratan de desmontar la diferencia cerebral entre comportamientos de hombres y mujeres se resume en lo siguiente: una sociedad con sesgo de género describe un cerebro con sesgo de género. Al fin y al cabo, no debemos olvidar que los resultados científicos, por muy sujetos que estén al mundo matemático, deben ser interpretados por el que los registra, algo que deja un terreno bastante amplio a la interpretación y especulación.
Este tipo de estudios de índole neurológica, si bien pueden ayudar a comprender el funcionamiento general de la mente humana, han de ser tomados con precaución y desde un prisma analítico.
Referencias:
- Neuropsicología y género https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352003000200002
- Las 4 diferencias entre cerebro masculino y femenino https://medicoplus.com/neurologia/diferencias-cerebro-masculino-femenino
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