Cuando Margaret Drabble, en 1972, dijo que Doris Lessing era “una Casandra en un mundo sitiado”, puso de relieve algo que se ha convertido en un lugar común en la recepción de las obras de Lessing; es decir, que la leemos para averiguar “qué está pasando”, para hacernos con un “diagnóstico” independiente de los conflictos de nuestra vida individual y colectiva.
Publicada en 1962, El cuaderno dorado fue inmediatamente adoptado –o, según Lessing, rebajado- como una intervención crucial en la guerra de los sexos. Fue visto como un llamamiento para el cambio psíquico y político en la vida de las “mujeres libres” del libro.
Es una novela compleja, narrada a través de los cuatro cuadernos que dividen y contienen la vida de la protagonista, Anna Wulf. En tanto que escritora y madre soltera con apuros estrechamente vinculada al Partido Comunista durante la década de 1950, Wulf es la figura que Lessing utiliza para escribir sobre los problemas de la sexualidad y la diferencia sexual, la política y la creatividad y en particular sobre la crisis, que está presente en todo el libro.
La crisis de las opiniones políticas que ensombreció al Partido Comunista británico durante los años cincuenta, la paranoia de la guerra fría, se mide en la crisis de imaginación que aflige a Anna Wulf como escritora y en la alteración de las relaciones entre los sexos que tanto la preocupa como mujer “moderna”.
Lessing creció en Rodesi, ahora Zimbabue, donde aprendió el activismo político que impregna sus escritos.
El cuaderno dorado fue publicado por Michael Joseph (Londres) bajo el título The Golden Notebook.
seryhumano.com / Vicky Lebeau