Mendelssohn escribió su obertura El sueño de una noche de verano a la sorprendente edad de 17 años, tras rendirse a la atracción de la obra de Shakespeare. Su magia en estado puro y evocador encanto se disparan desde el momento en que los cuatro acordes de la sección viento-madera despiertan la emoción del oyente.
La inspiración de esta primera propuesta de Mendelssohn fue puesta a prueba en 1843, cuando el rey Federico Guillermo IV de Prusia le invitó a escribir la música para la producción teatral que se celebraría en palacio. Mendelssohn se enfrentaba a la sazón a los desafíos de su puesto como director musical en Leipzig y Berlín, pero aun así supo sacar adelante una obra maestra.
Aparte de desplegar temas de la obertura, Mendelssohn compuso la música más exquisita, y en la “Marcha nupcial” aparecen algunos de los personajes más conocidos. El scherzo destaca por su ligereza y el nocturno por su lirismo, arropando el texto de Shakespeare con sensibilidad y precisión.
La confusión de los amantes en el bosque se refleja en el turbulento intermezzo, y hay un toque humorístico en la marcha fúnebre de la “obra dentro de la obra” de “Pyramus y Thisbe”. El baile para el tema de Bottom, con su rebuzno de asno, no hace sino realzar la escena.
Para extraer todo el jugo a la audición resulta imprescindible incorporar el texto de Shakespeare. La Orquesta Sinfónica de Boston posee el elixir de la magistral narración de Judi Dench, arropada por una cálida y chispeante interpretación orquestal, junto a la potencia vocal de Kathleen Battle y Frederica von Stade.
seryhumano.com / Jessica Duchen