Drogas como la heroína o la cocaína podría deber parte de su poder adictivo a un antiguo instinto, nuestro gusto por la sal.
En un estudio realizado en cerebros de ratones, los científicos muestran que los patrones de regulación genética estimulados por el gusto por la sal, son los mismos que se regulan por la adicción a las drogas.
El gusto por la sal lleva millones de años en activo, con un más que probable origen en los mares salados donde se originó la vida en la Tierra.
“Los pobladores de un territorio determinado se enfrentan al problema de que la sal se encuentra en pequeñas concentraciones, así que deben crear una estrategia para ingerir ese sodio, el gusto por lo salado o la necesidad de sodio es la respuesta de la evolución a esto mismo”, dijo el coautor del estudio Wolfganga Liedtke, profesor asociado de medicina y neurobiología de la Universidad de Duke.
El apetito por la sal puede ser tan fuerte que algunos animales con falta de sodio arriesgan sus vidas
El apetito por la sal puede ser tan fuerte que algunos animales con falta de sodio arriesgan sus vidas para satisfacer esa ansia. Las cabras montesas por ejemplo, son conocidas por subirse a escarpados acantilados para acceder a un depósito de sal, incluso cuando un paso en falso les puede causar una muerte segura.
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El nuevo hallazgo sugiere que las adicciones a las drogas pueden ser tan difíciles de superar, en parte, porque la cocaína y los opiáceos derivan de plantas, que fomentan los mecanismos fundamentales del cerebro para regular el apetito de sal.
“La cocaína puede usurpar los antiguos sistemas [neurales] que han convertido a los animales en mejores supervivientes”, dijo Liedtke.
El estudio ofrece las primeras pruebas de los procesos de las adicciones, que antes habían sido teorizados por otros expertos, añadió el coautor del estudio Derek Denton, de la Universidad de Melbourne y del Instituto de Neurociencia de Florey.
El deseo de sal Causa un Rápido Cambio Cerebral
Denton, Liedtke, y sus colegas usaron varias técnicas para averiguar qué genes en el cerebro de los mamíferos se activaban con el deseo de algo salado, como retirarles la sal a los ratones del estudio o incrementar su necesidad de sal al suministrarle la hormona del estrés (la ACTH).
El equipo notó que tan pronto como los ratones, a los cuales se les habían retirado la sal, comenzaron a beber agua salada, los patrones de regulación genética activados por ese deseo, empezaron a revertirse.
La rapidez de la respuesta es una sorpresa, porque significa que los cambios cerebrales en los ratones ocurrieron antes de que toda la sal hubiera pasado del estómago hasta el corriente sanguíneo.
“Fue sorprendente y extraño ver que tan solo diez minutos después de beber agua salada, se producía un cambio completo del sofisticado y elaborado programa genético”, dijo Liedtke de Duke.
Los precursores de la Adicción aún se desconocen
Es posible que la investigación pueda llevar a nuevos tratamientos para la adicción a las drogas que no se basen en la abstinencia “pura y dura”, que tiene una gran probabilidad de fracaso, ante esos deseos tan fuertes e instintivos.
Pero, en conjunto, Liedtke avisa de que el nuevo estudio no explica por completo los precursores neurales de la adicción a las drogas.
“El apetito por el sodio es un instinto saludable. La adicción por la heroína es una enfermedad que puede matar a un ser humano”, dijo. “Para pasar de un instinto saludable a una enfermedad, deben ocurrir otras cosas dentro del cerebro”.
El estudio sobre el apetito por la sal fue publicado online en una primera edición de los Debates de la Academia Nacional de las Ciencias.
seryhumano.com
Fuente: nationalgeographic.es