Todos los días, se presentan ante nosotros, para elegir, un ramo de Rosas y un Cactus, ¿Cuál eliges? Observa:
– Cuando te enojas porque la ducha está helada,
– O los semáforos están descompuestos.
– Cuando te critican, te mandan, te achican tus problemas.
– Cuando no te escuchan ni comprenden.
– Cuando no te resultan los planes.
– Cuando te dominan, ordenándote lo que debes pensar, sentir y hacer.
– El llamado qué esperas, y el teléfono que no suena.
– Cuando te ridiculizan, te insultan, te humillan.
Muchas veces en el día, ¿no? Y cada situación como esta que entra en ti, hace que te enganches, que vacíes tu adrenalina y quedes exhausto, sin fuerzas.
Imagínate la energía como una manguera con agua, si no tiene perforaciones, sale un chorro de (agua) energía, pero, cada enganche tuyo, es una perforación en tu manguera. Y al final, si es que sale algo, es una gotita.
¿Qué vigor vas a tener entonces para ponerte a practicar los valores?
Te proponemos una técnica. Imagínate que estás equipado(a) mental y perceptivamente con una espada de plata, la misma te ayuda a detectar los ataques y todos estos estímulos negativos y tentaciones que se te presentan a diario para que pierdas el control llegan sólo hasta ahí, pues son cortados y se devuelven especialmente a quién los mandó. Prepárate como un arquero: a tu portería no entra nada, tú despejas y atajas todos los balones. ¿Cuáles son los resultados? No gastas tu energía en nada negativo, al revés, guardas y tienes de sobra para ayudar, amar y cuidar.
En el caso contrario eres un ser agotado, estresado, irritable, rabioso, deprimido: subiéndose siempre al ring con los demás, «la vida no es un juego de boxeo»
Es necesario y urgente que construyas tu casita interior, tu metro cuadrado, TUYO y de Dios.
¿Cómo es tu casa interior? ¿La tienes?, ¿O es un sitio donde el que quiere entra, deja basura y sale?… ¿Eres un basurero?
¡Los valores son los ladrillos para construir tu metro cuadrado!
La expectativa destructiva es otra manera común que tienes para perder tus energías y por cierto, tu equilibrio y armonía interior.
Imagínate que esperas que una persona te dé algo que tú necesitas, como por ejemplo, su amistad, su apoyo, una visita, un llamado telefónico. Tu necesidad es del 80% y ella te da sólo el 20%. ¿Qué te sucede entre ese 80% y el 20%? ¡Un 60% de frustración, rabia, pena y desilusión!, es decir, te has invadido por una suma de emociones o sentimientos negativos, pierdes fuerzas, te debilitas, te enfermas.
Más aún, ¿qué te sucede con el 20% que te dio? Te molesta, lo encuentras poco, que es un egoísta, un avaro, un despreocupado, etc., es decir, no lo valoras.
¿Qué pasaría si bajas tu nivel de expectativas a cero? Si la misma persona te da el mismo 20%, y tu no esperabas nada, lo valoras, lo agradeces, te parece un regalo. Te hace feliz. ¿Dónde radica la diferencia entonces? En aprender a NO esperar, sino, a disfrutar con lo que llega.
Recuerda, nadie te va a dar lo que no quiere dar, nadie te va a dar lo que no puede dar. Igual que tú. Si no quieres dar algo, aunque te apunten con una pistola no lo harás, acuérdate que eres libre, y decides. Y hay veces en que no puedes darlo, porque no lo posees. Por ejemplo, si te pido que me des toda tu creatividad matemática, pero tú eres negado para esa ciencia ¿me lo podrías dar?
Tienes que discernir, tener claro y comprender que no nos dan, porque no quieren o no pueden. O nos dan lo que tienen y pueden, pero en su nivel, no en el que yo creo que poseen.
Recuerda que el otro es humano, imperfecto y limitado, igual que tú, entonces, ¡No hagas árbolitos de Navidad fuera de temporada! Eso es, tomar una rama de pino y decorarla con nuestras expectativas, y cuando éstas no se cumplen, tenemos que tomar todos los adornitos y guardarlos en nuestras cajitas síquicas, con mucha rabia y desilusión, pero ilusión que tú inventaste, que nadie te ofreció. En ese momento, vuelves a perder toda tu energía interior, «la pusiste en una causa perdida».
Sobrevalorar personas y situaciones, es también una instancia desvalórica, ya que no comprendiste, no toleraste, no tuviste paciencia, etc., y peor aún, te dañaste gratuitamente.
Te estarás preguntando, ¿cómo hago para cambiarlo? ¡Hay una solución y te la vamos a brindar!
Cuando estás esperando algo, estás ansioso. La ansiedad es: estar inquieto, alterado, tenso, nervioso.
Ejemplos:
Que resulte ese negocio.
Que te vaya bien en esa prueba.
Quedar embarazada.
Tener más amigos.
Encontrar el amor.
Tener paz.
Que el otro cambie.
Que te visiten más personas porque estás enfermo.
La ansiedad produce en todo tu cuerpo una vibración eléctrica negativa, todo tu ser se envuelve de esto y lo vas transmitiendo a los que te rodean, a la naturaleza y al cosmos finalmente. Y como el universo es curvo como dice Einstein, vuelve a ti, igual que un boomerang.
Sé que has vivido o experimentado esto muchas veces. ¡Con esa persona que se acerca a ti ansiosa por obtener tu amor o amistad! Sientes que esa actitud te molesta, porque es posesiva, inquisitiva, te llama a cada rato, no puedes respirar, te convida incansablemente; te alejas inevitablemente de ella porque te sientes agotado(a)… La ansiedad se nota y nos hace arrancar.
Esto es importante, compréndelo, procésalo y activa tu espada: Tu ansiedad hace que se corte toda la fluidez de energía con el cosmos y la ley natural. ¿Te parece raro? ¿Y qué nos puedes contestar de aquellas mujeres que lo único que quieren es tener un hijo y no quedan embarazadas a pesar de que los médicos les insisten que son normales, sanas y aptas para tenerlos? Cuando han perdido sus esperanzas, adoptan un hijo, y al corto tiempo quedan esperando uno propio. ¿Qué pasó? Al bajar su nivel de expectativas, dejan de preocuparse del tema, baja la ansiedad, y se abren los canales energéticos.
¡Qué fuerza negativa es la ansiedad! y ¡cómo impide que las cosas resulten!
¿Y qué tiene que ver esto con los valores? Mucho. Los valores son causa y efecto al mismo tiempo, de nuestro equilibrio interior, están intrínsecamente ligados a nuestra evolución y deseo de ser felices. Así es que…
¡A BAJAR A CERO LAS EXPECTATIVAS!
¡Créenos!, te va a llegar todo lo que deseas si es para tu propio bien.
Es importante concluir este tema de las expectativas y la ansiedad, con un alcance importante.
Lo dicho anteriormente es en relación a los demás. Con respecto a ti mismo puedes exigirte un 100% en tus potencialidades y talentos reales, y eso es perfectamente posible. Si te bajas a cero contigo mismo, nunca conseguirás nada.
¿Te das cuenta que con estas herramientas que se te entregan, van acumulando una gran cantidad de energía y fuerza para el logro de tus objetivos?
Ahora preguntas ¿y para qué tanta energía? ¿Acaso no pensabas cómo ser feliz, tener paz, ser comprensivo y vivir tranquilo?
Para eso es la energía, para conocer, comprender y aplicar los valores en tu vida, y con eso contribuir de una manera activa y dinámica a la evolución de ti mismo para ser guía y luz de los demás, de los que te rodean. En pocas palabras Ser Humano.
Seryhumano.com / Andrés Manuel Landaeta