Dicen que un día nos despertaremos y descubriremos que las organizaciones ya no serán lo que eran. Dicen que en esas nuevas organizaciones que se acercan a elevada velocidad la jerarquía ya no será tan importante, que los límites de las áreas organizativas serán más difusos, que los proyectos harán las estructuras más temporales y habrán ocupado buena parte de eso que ahora denominamos organigrama. Y dicen que tendremos que liderar tribus mediante redarquía, que todos seremos líderes distribuidos en una nueva forma de unidad organizativa: la comunidad.
Eso que denominamos futuro se nos acerca cada día con “pequeños cambios” difíciles de percibir, pero que un día con sorpresa descubrimos cuando miramos atrás.
Hoy sólo podemos imaginar esos cambios. Pero si como dicen ese será nuestro futuro organizativo ¿Cuál será el futuro del líder en las comunidades? ¿Cuál será el principal el rol directivo?
La comunidad: la cara invisible de las organizaciones
Todos sabemos que las organizaciones no son lo que los organigramas nos parecen mostrar. Hace muchos años que se habla de las organizaciones informales o si se quiere de “tribus organizativas”. Según Berenguer el tribalismo corporativo se da cuando los miembros de un grupo se alinean e identifican entre ellos, de manera que no consiguen ver la organización como un todo. Las tribus corporativas lo conforman grupos que están conectados unas con otros, conectadas a un líder y una idea. Un concepto similar a la que aplica Seth Godin cuando habla “tribus” sociales: unión personal entre ellos, un conjunto de ideas comunes y un líder”.
Pero probablemente el término más preciso para entender esta nueva realidad organizativa sea la de “Comunidad”. El concepto de comunidad está llamado a tener más importancia en las nuevas organizaciones adhocráticas o adaptativas que tienen personas con ideologías profesionales propias, que se moverán más por valores profesionales e ideas que por órdenes y procedimientos. Quizás tal y como nos dice José Baldaia en el “futuro los proyectos y las comunidades serán nuestro trabajo”·
Quizás sea cierto que tal como nos dice desde la teoría sociológica Granovetter deberemos dar más importancia en nuestras organizaciones a “la fuerza de los vínculos débiles”. Y quizás deberemos dar más importancia a otra forma de observar la realidad: pensar más en nodos y en redes que en puestos y organigramas y en comunidades en lugar de áreas organizativas.
El líder de la comunidad, es un líder de líderes
Aunque los organigramas no desaparezcan parece absurdo no fijarnos en una nueva realidad organizativa porque no sabemos escribirla bien en un papel. De hecho las comunidades ya existen en nuestras organizaciones aunque no sepamos dibujarlas, lo que cambia es su importancia y como estas configuran el rol del líder.
El mundo hacia donde vamos es un mundo donde tendrá más importancia la comunidad y necesitaremos otras tecnologías para representarlas el ARS (Análisis de Redes Sociales) y para medir el liderazgo.
Su representación en realidad es igual de simple sólo hay que cambiar cajas y rayas (organigramas), por círculos y flechas (nodos y redes): el líder es un nodo especial con muchas más flechas en un entorno de nodos que denominamos comunidad.
Aunque para algunos directivos sea más cómodo ignorar la realidad y admirar el “orden” que sólo existe en los papeles conocidos, para otros no será así y estos se plantearán en este tipo de entornos más complejos ¿cuál es la misión del líder? Y por lo que parece la nueva misión del líder será liderar comunidades mediante la influencia de sus ideas.
Aunque son muchas las claves de éxito de la comunidad probablemente lo que más esfuerzo deberá dedicar a este nuevo líder es crear colaboración, en crear espíritu de Equipo: porque los equipos llegan más lejos, son más innovadores y por tanto tienen mejores resultados. Y eso pasa por ayudar a crear vínculos emocionales potentes entre los miembros de la comunidad: la inteligencia colectiva es inteligencia emocional.
La otra clave del éxito en la “tribu” es saber que está liderando líderes en red: ningún ser humano será tan inteligente para poder sustituir la inteligencia colectiva. A eso se ha llamado liderazgo distribuido, donde la clave del éxito es que otros lideren.
La tecnología como potenciador del Liderazgo distribuido
Charlene Li afirma en su libro Open Leadership. How social technology can transform the way you lead que las tecnologías sociales cambiarán de forma en la que lideramos. Lo cierto es que la necesidad de compartir conocimiento y contrastar ideas dentro de la comunidad hará que este tipo de herramientas sociales se impongan y ello actuará como un desencadenante más para que el tipo de liderazgo cambie y hará más fácil medir la comunidad e incluso representarla y medirla numéricamente.
El liderazgo es influencia, por eso ya no sólo se medirá por tu posición en el organigrama sino por tu posición como nodo, por tu capacidad de influencia en los demás. El liderazgo lo determinará la influencia en los nodos de calidad de tu comunidad que puede ser sólo interna a tu organización o donde puede haber nodos externos.
Los líderes serán líderes de ideas, crearán ideologías y formas de ver la realidad y crearán entorno a ellos “comunidades”: al líder lo definirá su comunidad. Los líderes crearán comunidades y querrán apropiarse de ellas.
Mientras tanto como directivo puedes seguir esperando a que el futuro llegue, como casi siempre por la puerta de atrás, pero esta vez cuando te tropieces con él ya no podrás decir que nadie te ha avisado. Pero también te puede hacer algunas preguntas ¿Qué comunidades hay ahora en tu organización? ¿Cuáles tendrán más importancia? ¿Qué deberías hacer para liderarlas? Quizás son estas las preguntas que deberías estar haciéndote o quizás no ¿Qué opinas?.
seryhumano.com / Virginio Gallardo Yebra
Fuente: supervivenciadirectiva.com