Una de las cosas que disfruto muchísimo del periodismo es hacer entrevistas, me da la oportunidad de intercambiar y compartir con otros seres humanos, percatándome siempre de su individualidad y de sus muy particulares características, en una amable y sincera plática. Es ese “calor humano” que me embelesa hasta el punto de sentir, que es un momento realmente mágico, en dónde el entrevistado me permite conocer a través de sus respuestas, lo que le apasiona en la vida, en su trabajo u oficio, y lo que lo hace simplemente especial, permitiendo que el público se entere de ello.
Por mi trabajo tengo la fortuna de conversar con músicos y artistas en general; en esta ocasión ha sido el Luthier venezolano Aquiles Torres, quien me ha obsequiado un poco de su valioso tiempo al abrir las “puertas de su taller”, y, con la sencillez que lo caracteriza, ha accedido a una entrevista, a través de una popular red social, herramienta imprescindible en el trabajo periodístico en los últimos años, con la que hemos podido comunicarnos a pesar de la distancia, entre entrevistado y entrevistador.
Lo primero que me llega a la mente es preguntarme qué es exactamente un “lutier” y comienzo la investigación como parte de la preparación de la entrevista, pero ha sido el propio Maestro Aquiles Torres, quien me ha dado la mejor explicación haciendo gala de su experticia en el área.
Al consultar en el diccionario la palabra luthier encuentro que es una persona que se dedica profesionalmente a fabricar y reparar instrumentos musicales de cuerda
Ese término va más allá, no sólo en el tiempo, sino en sus orígenes, comenta Torres, así que la amplitud que se le ha dado, es decir, el abarcar todo instrumento, aun no de cuerdas, es algo más reciente y menos centrado en la realidad. La palabra o sonido «Out» o «Ut» tiene sus orígenes en el Medio Oriente y es la voz que se usaba para definir la madera. Curiosamente, ese sonido «Ut» es muy parecido al vocablo «Wood» del idioma inglés, pero también se le llamaba «Ut» al instrumento musical más antiguo en su género, obviamente en razón de estar construido con madera, así se definió el “Out” o «Ut» como instrumento musical…
El Laud, como se le conoce en el idioma castellano, es un instrumento musical de la familia de loscordófonos, el cual, con el tiempo, obtuvo mucha importancia en Europa; muchísima música se tocaba con el instrumento y muchas composiciones quedaron sobre el papel para confirmarlo.
En el idioma francés, se le llama “Luth”, de allí, la palabra “Luthier” define al artesano que construye laúdes, cosa que después se amplió a toda la familia de los cordófonos.
Entonces, ¿qué es un luthier?
Es un artesano que construye instrumentos musicales de cuerdas, pero, ¿qué lo define o caracteriza?, pues su compromiso constante con el sonido, su desafío diario con las leyes físicas acústicas y la técnica que lo lleva a salir exitoso de esos desafíos, para que luego, en las manos del artista, se convierta en sonidos limpios, proyectados.
Ahora bien, en el principio cuando me dijo que el término incluía «todo instrumento», significa que, ¿el fabricante de piano también es considerado un luthier?
Muy bien, regresando a la amplitud de la palabra «luthier», el tiempo se encargó de que el abanico abarcara otros artesanos, primero dentro de la familia de los cordófonos, es decir, violines y toda la escala de instrumentos de arco…pero luego se da el caso de que artistas que fabriquen artesanalmente una flauta pudieran ser llamados luthier, lo cual no es muy frecuente y tampoco discuto, sólo que basándonos en el aspecto histórico y sin pretender ser purista, se orientaría sólo a la familia de cordófonos de cuerdas pulsadas, los herederos del laud mesopotámico. Así que un constructor de pianos podría estar dentro de ese abanico, dado que el instrumento que construye está hecho de madera y cuerdas; no es muy ortodoxo, pero tampoco está fuera de contexto.
Sé que para construir un instrumento musical, necesariamente hay que tener cierta sensibilidad. ¿Qué significado tiene la música para el luthier?
Por lo general y no casualmente, los luthiers están ligados a la música de forma directa, es decir, no sólo la aprecian como espectadores, sino que también la han ejecutado; más aún, suelen ser ejecutantes al menos de cierto nivel de los instrumentos que construyen. Ese vínculo le da el conocimiento necesario para entender claramente lo que se busca en un instrumento, qué corregir, qué mejorar; por supuesto, esto no es una regla estricta, particularmente mi nivel de ejecución de los instrumentos que construyo dista un poco de lo que es un real ejecutante, pero me sirve y lo uso para conocer y apreciar cada uno de los puntos claves de un buen instrumento.
Maestro, ¿Qué instrumentos construye dentro de su taller?
Mi trabajo en Venezuela se desarrollaba con los instrumentos tradicionales empleados en la música popular y folklórica de nuestro país; cuatros, bandolas llaneras, centrales y orientales, mandolinas y guitarras; aquí, por la característica del mercado, mi trabajo se centra casi en su totalidad en la guitarra clásica, pero afortunadamente, este cambio no me ha desligado de los otros instrumentos, así que amigos y clientes en Venezuela, con quienes he conservado el contacto me han puesto a trabajar en nuevos instrumentos, así como también los venezolanos que en este y otros estados estado, me han encargado instrumentos.
En el área profesional no es común dedicarse a la artesanía, ¿por qué apostar por construir instrumentos y no por una «carrera» convencional?
Convergen y suceden muchas cosas antes de que eso suceda, incluyendo lo inesperado; mi oficio reunió en un momento especial lo casual con las búsquedas, la identificación con la fascinación, la curiosidad con la sorpresa… tal vez el oficio también me encontró a mí, en una etapa en la que no habría siquiera pensado en hacerlo, pero estos engranajes se mueven sin parar y uno debe moverse con ellos, sin pasividad, pero sí con mucha aceptación. En la luthería encontré la conjunción, en un oficio, de las cosas que más me interesan, música, técnica, arte y trabajo manual, sin dejar de mencionar el contacto directo con la materia prima insustituible, la voz, el carácter, la magia del instrumento, la madera. Convergen y suceden muchas cosas antes de que eso se materialice.
Por esa misma conjunción, diría que, ¿la lutheria es arte o ciencia?
Es técnica, una técnica de construcción muy especial usando materiales muy especiales con las cuales se persigue el mejor sonido, el arte es uno de los eslabones, porque además de técnicamente resuelto, un instrumento ha de mostrar elementos artísticos y estéticos; ha de existir equilibrio en todo; lo que no es muy sabido es que muchísimos elementos aparentemente estéticos en un instrumento, son el resultado de un cálculo matemático no casual, tal vez allí está la magia.
Habría pensado que quizás estaría la magia en la inspiración
Me refería a la magia de la estética, la que observamos.
Ahora, se encuentra en su taller, con todos los implementos de trabajo, su delantal y el pedido de un cliente…. ¿qué le inspira para comenzar una de sus creaciones? ¿Cuál es ese proceso creativo para que se materialice la magia?
Cuando un instrumento ha de ser construido a partir de un encargo, el músico ejecutante y yo sostenemos una serie de entrevistas en las que se dejan en claro los requerimientos especiales del instrumento, es algo parecido a lo que se llama en inglés «brainstorm», lo cual sirve para ir delineando las figura, probablemente única, de ese instrumento. Se expone todo, el timbre, el color (del sonido), las medidas especiales, si fuese necesario. De allí se pasa a la selección de las maderas que por sus características acústicas pueden ofrecernos resultados acordes con lo solicitado y luego se pasa al proceso de construcción en sí. Comenzar un nuevo instrumento sigue siendo para mí un evento especial con la misma carga emocional del primero y no lo digo para parecer un tanto romántico, sino porque parto de la idea de que siempre, invariablemente, el nuevo instrumento debe superar al anterior; no debe haber espacio ni chance para la chapuza, el descuido ni la improvisación.
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Dibujo del diseño del sistema de barras «en abanico», creado por el padre la guitarra moderna, Antonio de Torres Jurado, aún vigente y exitoso entre los luthiers de todo el mundo
En cuanto a la inspiración, lo que yo experimento es una conexión con el proyecto, una especie de meditación centrada en el proceso, entonces, ya ves que no es un proceso mecánico estricto, ni inspiracional, es algo más de enfoque de la idea, compaginando todo, materiales, objetivos, técnica, proceso, etc.
Hábleme un poco acerca de los materiales, ¿qué tipo de madera usualmente se utiliza para la construcción de los instrumentos musicales que salen de su taller?
Si tomamos una guitarra clásica, veremos que en su construcción se han empleado al menos cinco maderas diferentes, todas trabajando en conjunto, pero cada una con tareas específicas, tan específicas y especiales que no pueden ser intercambiadas entre ellas. Así que vamos desde las maderas más duras y rígidas, hasta las más suaves, livianas y maleables. Esto se debe o se hace en función de la acústica, la proyección y el volumen del instrumento.
La madera más dura, por ejemplo, el ébano, se utiliza para el diapasón, la superficie en la que se encuentran insertados los trastes y donde los dedos presionan las cuerdas para generar los diferentes tonos y acordes, lo cual produce un constante desgaste que se haría mucho más notorio y rápido si utilizamos una madera semidura o suave.
«Me preocupa que bosques enteros de todo tipo de madera sean devastados para construir muebles y palacios donde el aspecto utilitario es microscópico…»
La caja o cuerpo del instrumento se construye con una madera de menor dureza para que la onda sonora rebote en sus paredes y sea capaz tanto de refractar como de vibrar debido a esas ondas, y la tapa, el alma del instrumento, se hace con maderas más suaves y maleables que reaccionen rápidamente al estímulo sonoro (pulsar la cuerda) y vibren mucho más en todas las frecuencias.
Imagino que ninguna de esas maderas es de reciclaje
En ningún caso, lo más parecido al reciclaje se hace con esas mismas maderas dentro del taller, por ejemplo, piezas sobrantes que por su tamaño no sirven para un trabajo, se utilizan para otro.
¿No le preocupa que grupos ambientalistas, en algún momento, se quejen por el uso de la madera en la construcción de instrumentos?
Me preocupa que bosques enteros de todo tipo de madera sean devastados para construir muebles y palacios donde el aspecto utilitario es microscópico, como esas camas con columnas talladas en sus cuatro esquinas, copete, frente, cenefas… los luthiers utilizamos casi el cien por ciento de la madera que adquirimos y procesamos, y, ninguna parte o elemento de un instrumento es innecesario o sobrecargado. Mi aporte al conservacionismo lo hago en parte, no adquiriendo maderas declaradas en peligro de extinción, protegidas o que no estén certificadas como parte de programas sustentables de conservación, reforestación y tala controlada.
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El Maestro Aquiles Torres probando una guitarra recién terminada. (Imagen cortesía de Juan Claudio Torres)
Entiendo que así como construye los instrumentos, también los repara. ¿En la reparación el proceso se torna más fácil?
Tengo una especie de política que, como todo, tiene sus excepciones; no suelo reparar instrumentos que no hayan sido construidos por mí, por varias razones. Muchas veces, las reparaciones se toman más tiempo y cuidado que la construcción porque se deben redoblar ciertos cuidados; el instrumento ya está construido y hay que cuidar y proteger todo el resto para enfocarse en la reparación.
Un instrumento se construye en etapas y pasos que no pueden ser adelantados sin que se haya completado el anterior; en una reparación, todos esos pasos están culminados y he de trabajar sin modificar ese orden, lo cual aumenta la dificultad. Generalmente los clientes no están conscientes de esto, y no sólo piensan que es algo que no ha de costar mucho dinero, sino que, además, me debe tomar muy poco tiempo en culminar, pretendiendo que deje de lado mi trabajo para atender la reparación.
Me he encontrado con casos como que el precio que le doy por la reparación es tres veces lo que pagó por el instrumento hace veinte años y por eso no lo justifican; realmente, han de ser casos muy especiales para proceder. Existen especialistas en reparaciones y reacondicionamiento de instrumentos; a ellos los remito sin dudar.
Volviendo al tema de la profesionalización, ¿Existe escuela de luthiers? ¿En dónde aprendió este oficio?
Me formé a través de clases particulares con dos grandes luthiers en Venezuela, por lo que siempre me he sentido afortunado; el maestro luthier Claudio Lazcano y el maestro luthier Oscar García (ya fallecido). Bajo su guía y tutela construí los primeros instrumentos.
Lamentablemente, en nuestro país no tenemos una tradición ni historia de escuelas de luthería a la escala deseada, pero sí existen centros de formación muy interesantes y desarrollando una labor importantísima, la formación del luthier como oficio en las áreas de instrumentos de arco y de cuerdas pulsadas; así que espero que más pronto que tarde, se convierta en una carrera universitaria larga, como lo es en países de antigua tradición. Sin embargo, debo agregar que, pese a esos vacíos, nuestros luthiers son de alta factura y sus instrumentos son apreciados dentro y fuera del país.
«Creo que el verdadero triunfador en la vida es aquel que encuentra en su oficio, profesión o actividad, la razón de su existencia, el punto de encuentro de sus dones y talentos, el sentido del tiempo, la armonía tanto interna como con el mundo…»
Entonces, ¿Se aprecian o no los instrumentos «hechos en casa», «Made in Venezuela»?
En lo referente a «los vacíos» estoy hablando de la falta de una escuela tradicional de luthería, por eso digo que pese a eso, nuestro luthiers son excelentes y se sabe que no solo son apreciados en el país sino también en el exterior.
Su taller lo tiene en Houston, ¿por qué no tenerlo en Caracas?
Todo sucede a raíz de una invitación hecha a mi esposa por parte de su hermano, quien ya tenía un año viviendo aquí, para mostrar sus credenciales a un renombrado cirujano local. Por supuesto, uno en este tipo de cosas no muestra mucho interés porque como nos sucede a todos, los viajes son muy ricos en vivencias y placeres, pero regresar a casa es más reconfortante aún. A pesar de eso, los dos últimos años antes de venir a probar suerte aquí estuvieron signados por una caída paulatina de la economía familiar, y, esa invitación llegó en el momento justo en el que estábamos dispuestos a hacer algo para mejorarla. Todo sucedió de forma vertiginosa y muy pronto estábamos tratando de entender esa nueva realidad, país, idioma, cultura, vida; luego de doce años, mi oficio, mi trabajo volvió a ser mi día a día.
En el aspecto pecuniario de su trabajo, ¿Cuántos instrumentos se tienen que construir para que sea productivo el oficio ( no quiero utilizar la palabra «lucrativo») pero usted dígame si es pertinente o no.
…bueno, la palabra te la dejo a ti, pero es interesante que entiendas que no se dedica la vida a esto con el sólo norte de hacer dinero, realmente no es así de fácil. Es muy cambiante en sus etapas, al principio es muy poco o nada lo que se recibe, el precio más bien lo está pagando uno, pero en la medida que se evoluciona, se crece en el oficio, se optimiza el resultado y, muy importante, es reconocido y divulgado, es cuando se puede pensar en darle precio. Realmente no se mide entonces por el número de instrumentos para que sea lucrativo o rentable, se mide por la calidad de cada instrumento aunque la producción sea muy baja.
No todos los padres apoyan a sus hijos cuando estos decide por un oficio y no por una carrera universitaria, ¿Qué opina al respecto?
Creo que el verdadero triunfador en la vida es aquel que encuentra en su oficio, profesión o actividad, la razón de su existencia, el punto de encuentro de sus dones y talentos, el sentido del tiempo, la armonía tanto interna como con el mundo… si los padres, además de esa condición biológica, son guías, maestros, amigos y tutores, entenderán que la imposición de una carrera universitaria, por ejemplo, podría significar a futuro un adulto frustrado, resentido, incompleto, infeliz. Existen talentos que, canalizados a través de una carrera universitaria resultan completamente exitosos; otros, canalizados a través de las actividades comerciales también lo son; artistas, escritores; así que, ¿por qué no un oficio?
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El Maestro Aquiles Torres con una guitarra en proceso de construcción (Imagen cortesía de Juan Claudio Torres)
Y con esa profunda reflexión culmina mi conversación con el Maestro Aquiles Torres; quedo con él profundamente agradecida por su tiempo, el cual se alargó más de lo previsto por momentáneas interrupciones del servicio de internet durante la entrevista.
En un click
Si desea saber un poco más del trabajo o contactar con el Maestro Aquiles Torres, pueden hacerlo a través de su página web www.atorresluthier.com que para más comodidad se encuentra tanto en inglés como en castellano. También utiliza la red social, Facebook bajo el nombre de ATorres Luthier, dónde intercambia ideas e informaciones con sus colegas luthiers de todo el mundo, así como también con ejecutantes de la guitarra clásica y otros instrumentos.
seryhumano.com / Yosmar Herrera