“El recuerdo es el invernadero de las alegrías pasadas”
Lucian Blaga
Un amigo con quien comparto impresiones del día a día, siempre dice que “en cada esquina existe una historia”, y agregaría que en cada sonido un recuerdo.
La memoria es algo que ni los científicos han logrado estudiar del todo; lo que saben es que los recuerdos se encuentran entre el hipocampo y la corteza prefrontal, términos con los que no me familiarizo.
Aún así, sé que en donde sea que se encuentren dichos recuerdos, afloran en momentos menos esperados, que en mí, causan tal efecto, que me hacen volar hacia sensaciones antes experimentadas, en donde los sueños se conjugaban entre risas y en la agradable compañía de mis hermanas.
Así pues, cuando el amigo en cuestión me invitó a escuchar a Eliana Burki, que se presentaría en el Teatro Chacao, nunca imaginé que me traería recuerdos de mi niñez; y no porque haya vivido en Suiza, nada más lejos de la realidad, sino porque me hizo recordar un comic de mi infancia: Heidi, ¿la recuerdan?
Heidi es el nombre del personaje protagonista del libro infantil que le dio fama mundial a la escritora suiza Johanna Spyri, con pasajes que resaltan los valores humanos y el amor hacia la naturaleza, a la vez que constituye parte fundamental de la literatura del país europeo.
En la canción “Abuelito dime tú”, que caracterizó la comiquita, se escucha los sonidos del corno alpino también conocido como Trompa de los Alpes, instrumento largo de madera, con boquilla de copa y tubo de sección crónica con final acampanado hacia arriba, que con maestría la joven Burki interpreta piezas tanto de la música tradicional suiza como de tendencias musicales actuales.
En la antigüedad este instrumento cumplía funciones de comunicación entre los habitantes de las montañas. Los ganaderos suizos lo usaban en conjunto de tres o cuatro instrumentos para sus canciones.
Pero en la actualidad esta joven nacida en septiembre de 1983 en Solothurn, Suiza, ha logrado de un instrumento generalmente dominado por hombres, una novedosa fusión de ritmos y sonidos como el jazz, punk, pop, blues y rock junto al grupo instrumental ¡Alpinis!
Fue divertido y hasta mariposas sentí al escuchar en ese instrumento tan extraño para nuestras tierras, las notas del “Alma Llanera”, lo que hizo volar mi imaginación y trasladarme de nuevo a las montañas donde una vez más recordé aquella tierna huerfanita haciéndole preguntas a su ermitaño abuelito, en la Suiza de mis recuerdos.
¡Sin duda alguna un concierto por todo lo alto!
Yosmar Herrera/ Fotos: Yosmar Herrera