Comienza la letra como una circunstancia sonora entre los dedos de mis emociones. Un viernes de marzo, abro la puerta: y
TÚ, un cadáver exquisito,
cuerpo con camisa negra ,
de sendero beige,
dibuja las avenidas del rumor de las tardes.
Ese cadáver se pasea solemne entre los ecos .
me desvisto
y dejaré huellas mudas sobre el maletín
que solté como camisa .
ELLAS, me hacen evadir el protocolo sobre tu cuerpo.
como el tatuaje de mi ausencia .