Cuando la marea de la vida se vuelve contra usted, y la corriente le vuelca la barca, no gaste en lo que pudo haber sido, simplemente reclínese en ella y siga flotando.
Anónimo
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¿Ha vuelto alguna vez la vista atrás y deseado haber hecho cosas de otro modo? Quisiera haber sido mejor madre. Mi esposo y yo quisiéramos haber comprado acciones en Microsoft hace diez años… Es difícil sufrir por lo que podría haber hecho y lamentarse diciendo: “Si tan solo hubiera hecho esto o aquello…”
Pero, piénselo bien. Muchos de nosotros fuimos los mejores padres de su tiempo con lo que sabíamos al respecto. La mayoría de nosotros se esfuerza por tomar las mejores decisiones acerca del amor, del trabajo o de las inversiones. Lo que hay que decir es que nunca debemos avergonzarnos de decir que ahora sabemos que podríamos haber hecho las cosas mejor, o que nos equivocamos, porque esa admisión demuestra también que hoy tenemos más sabiduría de la que teníamos ayer. Ahora bien, ¿cuánto mejor que eso somos capaces de hacer?
Todos hemos cometido errores. ¡Qué gran descubrimiento! No podemos deshacer el pasado. La única ventaja de mirar hacia atrás es aprender a hacer mejor las cosas en el futuro.
Digamos que usted compró cien acciones de una próspera compañía, hace cinco años, a quince dólares la acción. Hoy, después de ir perdiendo valor continuamente, cada acción vale solo tres dólares. El precio que usted pagó no es lo importante. Hoy el dinero se ha ido, sin remedio. Acongojarse y sufrir por lo que sucedió hace mucho es un desperdicio de su energía emocional. Usted tomó lo que era la mejor decisión en ese momento. Empiece con el día de hoy: con lo que cuenta hoy es con una inversión que vale trescientos dólares… ¡punto! Tome su decisión basándose en la realidad de hoy.
El mismo principio se aplica a las relaciones, empleos o dondequiera que usted haya invertido tiempo, energía o dinero. Si el empleo que ha tenido durante nueve años le deja un sabor a fastidio, y ve que no va a ningún lado, ¿por qué no pensar en hacer un cambio? Si estuviera desempleado, ¿elegiría el trabajo que tiene ahora? Tomar la decisión de quedarse, aun cuando haya invertido ya nueve años es, en esencia, hacer precisamente eso. Lance una nueva mirada a las opciones que se le presentan hoy.
Es como pagar doscientos dólares por una clase que no le gusta y de la que no saca ningún provecho. Podría pensar: “Si me salgo, pierdo todo ese dinero”. Pero si no se sale, ese dinero de todos modos ya está gastado y, además, usted sacrifica su tiempo.
Lo que importa es esto: empiece con el día de hoy. No puede cambiar el pasado. Solo puede cambiar el futuro, y como ahora dispone de más sabiduría, empiece hoy a crear el futuro que desea.
seryhumano.com / Dottie Billington