Por Linda kiklikian

Caiga como la lluvia mi enseñanza, y destile como el rocío mi discurso, como llovizna sobre el verde prado y como aguacero sobre la hierba.

Deuteronomio 32:2

Amado Padre, hoy queremos darte gracias por despertar en tu tierno abrazo esta mañana llena de tu luz, por compartir con nosotros este bello amanecer, gracias por la profecía que consuela, llena de fe y de expectativas nuestras vidas: «Porque nos ha nacido un niño, se nos ha dado un hijo. Sobre sus hombros descansa la autoridad y se le han puesto estos nombres: Hacedor de grandes planes, Dios invencible, Padre eterno, Príncipe que trae la paz. La grandeza de su autoridad y paz no tendrá fin. Reinará en el trono y en el reino de David. Lo establecerá y sostendrá con la justicia y el derecho desde ahora y para siempre. Todo esto será posible, debido al amor intenso del SEÑOR Todopoderoso«. (Isaías 9:6-7).

Qué bueno saber que Tú nos das todo lo mejor que soñamos, porque nos diste lo mejor: Tu hijo, cuan infinito es Tú amor y misericordia con nosotros.

Tienes planes maravillosos para con nosotros los que te creemos y te demostramos nuestro amor, al estar pendiente del actuar de tus manos en cada detalle de nuestras vidas actuando según tus sabios consejos.

Queremos adorarte como mereces admirable Padre Eterno, por ello te pedimos: danos Señor un corazón agradecido y reconciliado que recuerde siempre que tienes lo mejor para nosotros, que sea siempre valiente, sabio y sin miedos a hacer lo bueno, lo excelente.

Te entregamos nuestras vidas, estás presente en cada pensamiento, en cada palabra, en cada acción y no permites que nada nos arrebate nunca  la felicidad de ser Tú el primero y lo mejor en nuestras vidas y así te amemos con todo nuestro corazón, con todas nuestras fuerzas, con todas nuestra mente y, amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

Pues tú eres el único que puede darnos tanto el querer como el hacer y la sabiduría verdadera. Nada merecemos, pero todo esto te pedimos y te lo agradecemos por los méritos que conquistó para nosotros nuestro Señor Jesucristo, amén y amén.

DIOS NOS BENDIGA.

seryhumano.com / Linda Kiklikian

Deja un comentario