El Ser y YO

Por Andrés Landaeta

Los conflictos emocionales no resueltos te envenenan de manera lenta y solapada.

La solución pasa por identificar, nombrar, entender y vivir las emociones acumuladas para reubicar de forma sana el recuerdo.

Las cosas acaban.

Tu pareja te deja.

Alguien que amas muchísimo fallece.

O una etapa de tu vida termina de forma distinta a cómo habrías deseado.

Sigues adelante como puedes y, más tarde que temprano, aceptas la situación. O al menos la parte más racional de ti. Porque el corazón continúa atascado en esas viejas heridas, dudas y lastres emocionales que van molestándote de forma silenciosa sin apenas darte cuenta.

Son los conflictos emocionales sin resolver: «La mente pone en marcha diferentes mecanismos de defensa para dejarlo a un lado. Estos pueden ser la negación, la disociación, la represión, la idealización o la racionalización, entre muchos otros. Eso implica que no se ha identificado, ni sentido, ni regulado esas emociones vinculadas a la situación vivida«.

Una buena forma de detectar, si de verdad la resolviste o continúas cargando con esa situación es observando si cumples alguna de estas cuatro señales:

1. Desconectar emocionalmente mientras se relata el recuerdo. Es decir, uno habla de ello sin sentir ninguna emoción, solo desde la racionalidad.

2. Sentir una respuesta emocional desproporcionada que no puede controlarse, como si hubiese sucedido ayer, cuando se habla de ello.

3. Evitar hablar del tema o recibir comentarios.

4. Tener idealizado el suceso, viendo solo lo bonito de la situación.

La frase de ‘el tiempo lo cura todo‘ es falsa. Hay que identificar y nombrar la emoción, porque no es lo mismo sentirse triste que sentirse frustrado. Y hay que vivirla, sentirla y pasar por ella, un paso necesario que muchas personas intentan saltarse para evitar el dolor.

Una vez hecho esto la intensidad de la emoción se estabilizará y el recuerdo se ubicará de forma sana.

seryhumano.com / Andrés Landaeta*

*CEO de Consulting Group

Fuente: El valor de los valores de Covadonga O’shea

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