Este célebre retrato nos muestra al dux Leonardo Loredan, que gobernó Venecia de 1501 a 1521. El tocado oficial y la túnica solemne permiten identificarlo como un dux, jefe electo de la República veneciana. La túnica es de un damasco muy lujoso, entretejido de oro, y está adornada con botones de gala. Debajo del sombrero, denominado corno, hay un casquete de tela.
Pintado por Giovanni Bellini (1430-1516) cuando Loredan llevaba poco tiempo en el cargo, es un retrato oficial y formal pero que pone de manifiesto la personalidad del retratado. La ropa está plasmada con pinceladas gruesas; no así la cara, hecha a base de capas finas y transparentes, o veladuras, que permiten apreciar los detalles más sutiles del rostro. El dux está un poco girado hacia la luz de la izquierda, dejando ver las arrugas de su cara y un asomo de barba.
Aunque el dux aparezca totalmente quieto, con las facciones inmóviles, y aunque solo se le vean la cabeza y el torso, su boca da la impresión de poder sonreír en cualquier momento, y los ojos de moverse hacia el espectador. Es fácil concentrarse en la riqueza y ornamento de las prendas y en la exactitud de las facciones, ya que el resto del cuadro consiste en un fondo monocromo de color azul oscuro.
El pronunciado realismo de la imagen y su exquisito acabado llegan a dar la sensación de que es posible tocarla, pero el parapeto de la parte inferior, con un papelito donde aparece la firma del artista, nos recuerda la separación entre el mundo real y el mundo pictórico.
seryhumano.com / Aliki Braine