Cultura del Ser
DEl Poema o Cantar Mio Cid
Del Poema o Cantar del Mio Cid

“…Sí ésta se ha de juzgar por los criterios del propio autor, o sea, como una obra de “imitación” por parte de un juglar moderno, en lengua hablada moderna de una obra maestra de antigüedad, entonces se le puede calificar como una tarea genial por su dimensión creativa.

Desgraciadamente, a menos de reproducir grandes trozos de la obra original al lado del texto de Pérez, es muy difícil apreciar al lector con qué refinamiento ha salvaguardado el sabor y tono del original (tanto en las partes como en el todo) al mismo tiempo que nos ha dado un poema que más justamente se llamaría “creación” que “imitación” …”

Obra Maestra

El Cantar de Mio Cid es la primera gran obra literaria castellana medieval y una de las más características de la épica. Fruto de un proceso de recreación tradicional el texto conservado, de acuerdo con los datos lingüísticos, se fecha a mediados del siglo XII y responde a los intereses de las alianzas de los reinos cristianos hispánicos en torno a Navarra.

Solo algunas obras surgidas de entre las literaturas románicas pueden vanagloriarse de fundar un mito. Éste es el caso del Poema de Mio Cid, obra cumbre de la épica medieval castellana.

En ella se narra la parte central de la vida de un personaje histórico que el poema convierte en héroe para finalmente, gracias a la magnífica factura del texto y su insólita expresividad, instalarlo de manera definitiva en nuestra tradición viva.

«¡Grado al Criador e a vós, Çid, barba vellida!»

Otra mirada a la Obra

El Cantar de Mio Cid también es considerado un cantar de gesta anónimo que relata hazañas heroicas inspiradas libremente en los últimos años de la vida del caballero castellano Rodrigo Díaz de Vivar el Campeador. La versión conservada fue compuesta, según la mayoría de la crítica actual, alrededor del año 1200.1​2​

Se trata de la primera obra poética extensa de la literatura española y el único cantar épico de la misma conservado casi completo; solo se han perdido la primera hoja del original y otras dos en el interior del códice, aunque el contenido de las lagunas existentes puede ser deducido de las prosificaciones cronísticas, en especial de la Crónica de veinte reyes.

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Además del Cantar de mio Cid, los otros tres textos de su género que han perdurado son: las Mocedades de Rodrigo —circa 1360—, con 1700 versos; el Cantar de Roncesvalles —ca. 1270—, un fragmento de unos 100 versos; y una corta inscripción de un templo románico, conocida como Epitafio épico del Cid —se calcula que en 1400.

La relevancia del Cantar no se limita a lo literario, sino que da inicio a toda una disciplina intelectual: la filología como ciencia moderna en España a finales del siglo XIX, que se inicia con el estudio de este poema por parte de Ramón Menéndez Pidal (1869-1968) y su decisión de aplicar por primera vez a este texto el método histórico-crítico, la más potente herramienta de la filología de su época, inaugurando así los estudios filológicos españoles.​

Estructura

El poema consta de 3735 versos de extensión variable (anisosilábicos), aunque predominan los de catorce a dieciséis sílabas métricas, divididos en dos hemistiquios separados por cesura. La longitud de cada hemistiquio es normalmente de tres a once sílabas, y se considera unidad mínima de la prosodia del Cantar. Sus versos no se agrupan en estrofas, sino en tiradas; cada una es una serie sin número fijo de versos con una sola y misma rima asonante.

Se desconoce su título original, aunque probablemente se llamaría «gesta» o «cantar», términos con los que el autor describe la obra en los versos 1085 («Aquí compieça la gesta de mio Çid el de Bivar«, comienzo del segundo cantar) y 2276 («las coplas deste cantar aquís van acabando«, casi al fin del segundo), respectivamente.

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