Por Juan Kiklikian
El sarcoma es un tipo de cáncer que puede ocurrir en distintas partes del cuerpo
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Un sarcoma es un tipo de tumor maligno de baja incidencia, ya que no supera el 1% de los cánceres diagnosticados cada año, pero del que existen más de 150 variedades reconocidas por la Organización Mundial de la Salud.
Muchos de estos tumores comparten características comunes que permiten clasificarlos, para su estudio y tratamiento, en dos grandes grupos, dependiendo del lugar donde se origine la alteración celular que provoca la enfermedad.
Expertos en el tema explican que algunos de estos tumores se originan en la estructura ósea que forma nuestro esqueleto, mientras que otros lo hacen en los tejidos blandos (tejido conectivo, adiposo, músculos, nervios…).
Dentro de los dos grupos existen, a su vez, distintas subdivisiones, algo que hace que la detección y clasificación de un sarcoma determinado no siempre resulte sencillo y pueda retrasar el diagnóstico.
Tanto los niños como los adultos pueden desarrollarlo; el 1% de todos los tipos de cáncer que se presentan son en personas mayores. Ahora bien, son más frecuentes en la etapa de la niñez y representan alrededor del 15% de todos los tipos de cáncer infantiles.
El 13 de julio de cada año se celebra el Día Internacional del Sarcoma con el objetivo de dar a conocer tales cánceres y crear conciencia en la población de su importancia.
SIGNOS Y SÍNTOMAS
La primera señal de la presencia de un sarcoma puede ser la aparición de algún bulto o tumoración, pero es importante insistir en que este es un tumor considerado “inusitado”, por lo que es erróneo pensar que cualquier posible bulto es un síntoma de un tumor maligno.
Aproximadamente la mitad de los sarcomas de tejidos blandos comienza en un brazo o una pierna. La mayoría de las personas notan la aparición de una masa que ha crecido con el paso del tiempo (semanas o meses). Puede que esta protuberancia duela o, por el contrario, no cause dolor.
Cuando los sarcomas crecen en la parte posterior del abdomen (el retroperitoneo), los síntomas a menudo surgen de otros problemas ocasionados por el tumor.
Por ejemplo, pueden causar una obstrucción o sangrado del estómago o los intestinos. Asimismo, pueden causar presión sobre los nervios, los vasos sanguíneos, o los órganos cercanos.
Pueden adquirir un tamaño lo suficientemente grande para ser palpables en el vientre. Algunas veces, los tumores causan dolor. Alrededor de 4 a 10 sarcomas comienzan en el abdomen (vientre).
En pocas ocasiones, los sarcomas pueden comenzar en el pecho, la cabeza o el cuello.
De todos modos, si usted presenta alguno de estos problemas, consulte con su doctor inmediatamente:
- Una nueva protuberancia (masa), o una protuberancia que esté creciendo (en cualquier parte del cuerpo)
- Dolor abdominal cada vez más intenso
- Vómitos o presencia de sangre en las heces fecales
- Heces fecales negras, parecidas a la brea (cuando hay sangrado en el estómago o los intestinos, la sangre puede volverse negra a medida que se digiere y puede hacer que las heces fecales adquieran un color muy oscuro y sean pegajosas).
Con más frecuencia, estos síntomas son causados por otras dolencias diferentes al sarcoma. No obstante, deben ser evaluados por un médico.
DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO
con un diagnóstico precoz el sarcoma se puede curar, siendo la cirugía el método curativo más importante y eficaz. Cirujanos y médicos especialistas (otorrinos, ginecólogos, internistas…) son necesarios dependiendo del tipo de tumor, su localización y también la intervención y la técnica quirúrgica concreta que se vaya a realizar.
Los tratamientos de quimioterapia y radioterapia dan buenos resultados a la hora de combatir determinados sarcomas, siempre adaptando fármacos y terapias, de manera personalizada, a cada uno de los pacientes.
La radioterapia ha demostrado ser eficaz, incluso como única terapia, en algunos sarcomas como, por ejemplo, los que pueden aparecer en la laringe, la próstata o la vejiga urinaria.
FACTORES DE RIESGO
Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer sarcoma comprenden:
- Síndromes heredados. Algunos síndromes que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer se pueden transmitir de padres a hijos. Algunos ejemplos de síndromes que aumentan el riesgo de sarcoma incluyen el retinoblastoma familiar y la neurofibromatosis tipo 1.
- Radioterapia contra el cáncer. El tratamiento radiológico para el cáncer aumenta el riesgo de desarrollar un sarcoma más adelante.
- Inflamación crónica (linfedema). El linfedema es una inflamación causada por una acumulación de líquido linfático que se produce cuando el sistema linfático está bloqueado o dañado. Aumenta el riesgo de padecer un tipo de sarcoma llamado angiosarcoma.
- Exposición a sustancias químicas. Ciertas sustancias químicas, como algunos productos químicos industriales y herbicidas, pueden aumentar el riesgo de sarcoma que afecta el hígado.
- Exposición a virus. El virus llamado herpesvirus humano 8 puede aumentar el riesgo de padecer un tipo de sarcoma llamado sarcoma de Kaposi en personas con sistemas inmunitarios debilitados.
Recuerde este artículo es solo una referencia de la enfermedad, cualquier duda no deje de visitar a un médico, el cual es el único facultado para verificar sus signos y síntomas y dar con una diagnosis acertada.
seryhumano.com / Juan Kiklikian*
*Neurocirujano / Neuroendoscopista
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