Alfred Adler médico y psicoterapeuta austríaco, fundador de la llamada psicología individual y precursor de la moderna psicoterapia hizo hincapié en que “la persona que no se interesa por sus semejantes es la que tiene los mayores problemas en su vida y la que ocasiona los mayores daños a los demás. A esas personas se deben todos los fracasos del hombre”
La afirmación anterior con la que describe al hombre el doctor Adler, es bastante fuerte, sin embargo, existen rituales con los que se puede evitar los fracasos en el área de las relaciones interpersonales.
Por lo tanto no olvides:
- Sonreír: Es la mejor manera de causar una buena primera impresión. Una sonrisa expresa: “Me gusta usted”, “me alegro de verlo”. El Profesor James V. McConnel, psicólogo de la Universidad de Michigan expresó: “La gente que sonríe tiende a trabajar, enseñar y vender con más eficacia, y a criar hijos más felices. En una sonrisa hay mucha más información que en un gesto áspero”. Recuerda que “no hay nadie que necesita tanto una sonrisa como aquel que no le queda ninguna que dar.”
- Saludar: Decir un “Hola” hace milagros, también llamarlas por su nombre demuestra un interés sincero por ellas.
- Conocer: Házte el propósito de conocer mejor al menos a 2 personas por semana. No limites tus interacciones a quienes son de tu misma edad, grupo, sexo, y raza
Aprende a escuchar: Si prestas atención en las conversaciones descubrirás puntos en común con otros y a su vez le agregarás valor y profundidad a la relación.
- Trata de ver las cosas con empatía: Una de las principales necesidades del ser humano es sentirse comprendido
Dar ánimo: Haz comentarios positivos y constructivos. Sé generoso al dar ánimo y palabras de aprecio a aquellos a quienes te rodean. Hazles sentir valorados y respetados.
- Ser honesto: El escritor Mark Sanborn lo resume en esta sencilla idea: “Decir lo que vamos a hacer y hacer lo que dijimos que haríamos”. En otras palabras, no hacer promesas ni crear expectativas que no podamos cumplir.
- Demostrar respeto por las opiniones ajenas: Jamás le digas a una persona que está equivocada. En la mayoría de las conversaciones, los comentarios equivocados de otros pueden ser manejados con tacto y diplomacia (y en muchos casos, obviados). En muchas ocasiones, indicamos que el otro está equivocado para satisfacer el ego personal por encima de querer que el otro vea la verdad o nuestro punto de vista. Por el contrario, si te equivocas, admítelo rápida y enfáticamente.
- No criticar: Los efectos de la crítica, aunque parezca que no los hay, pueden llegar a ser devastadores
- Ser puntual: Para muchas personas el tiempo es más escaso que el dinero. Ayúdalos a no perderlo, siendo puntual y eficiente, es un regalo de gran valor que puede brindarle a los demás.
Para hacer de todas estas normas un ritual, probablemente tendrás que leerlas varias veces durante la semana e ir poniéndolas en práctica, la cual todos sabemos que “hace al maestro”; y más importante es que con este ritual, harás la diferencia.
seryhumano.com / Yosmar Herrera