“Tributad al SEÑOR la gloria debida a su nombre; traed ofrenda y entrad en sus atrios.” Salmos 96:8
Dios, gloria a ti mi Señor, desde el amanecer viene tu luz y tu verdad, estás aquí, conmigo y con tu pueblo, para amarnos y darnos fuerzas para el camino.
Por eso Señor, contigo a mi lado no temo a la tristeza ni a la soledad, porque eres mi alegría y siempre tengo tu amistad, no temo a la noche ni a la oscuridad, porque tú vences toda sombra, contigo ya no hay noche, porque tú eres luz.
No temo los fracasos ni la ingratitud, porque el triunfo en la vida tú lo tienes, tú lo das.
Señor contigo nada temo, porque tú eres el camino, la vida y la verdad.
Dios, que tu amorosa protección cubra a mis familiares y amigos.
Gracias Dios. Amén, amén y amén.
¡DIOS NOS BENDIGA!
¡Amanece y vengo a ti mi Señor!
Padre Nuestro
Padre Nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén.
Padre Nuestro en latín – Pater Noster
Pater noster, qui es in caelis:
sanctificetur Nomen Tuum;
adveniat Regnum Tuum;
fiat voluntas Tua,
sicut in caelo, et in terra.
Panem nostrum cotidianum da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus debitoribus nostris;
et ne nos inducas in tentationem;
sed libera nos a Malo.
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