Por Esther Perozo
Es muy triste ver a los venezolanos pasar calamidades dentro y fuera del país... Estamos en las manos de Dios
Los que están fuera, para la gran mayoría, 24 horas son insuficientes para subsistir, pero los que estamos en el país ni con 24 horas de trabajo subsistimos, simplemente estamos en las manos de Dios.
No ha sido suficiente la pandemia, la hiperinflación, el desempleo, la destrucción del aparato productor de Venezuela, ahora son las lluvias.
Este año (2020) el venezolano ha conocido la versión más rota de su alma, pero la más fuerte también, definitivamente somos admirables.
Las lluvias desde hace años nos dejan saldos en rojo y este año no ha sido diferente; han crecido ríos que nos han dejan pérdidas humanas y materiales, han destrucción de infraestructuras y enseres personales dejando aún más desolados y desesperanzados a familias enteras.
Mientras tanto vemos con preocupación las dos caras de una Venezuela dividida en dos versiones.
La VENEZUELA que ya celebra las navidades y la VENEZUELA que llora la pérdida total de sus bienes, la pérdida de seres amados por covid-19, la que escarba en la basura buscando comida, ropa, o cualquier cosita que puede servirle para reemplazar lo perdido.
De igual manera vemos cómo el covid-19 hace estragos una semana si y una semana no. El covid-19 se esconde en los templos religiosos, en los colegios, universidades y teatros, pero misteriosamente no en las campañas, al aire libre, de los políticos que lo desafían sin temor ni precaución, mucho menos distanciamiento social.
Los centros nocturnos vuelven al ruedo, la liga venezolana de Béisbol también hace sus planes y ni se hable de las interminables colas y pernoctas en las estaciones de servicios.
Como dijo una vez el comandante Eterno usando una máxima del espectáculo: “El Show debe continuar…”
Otro que no le tiene miedo al covid-19 es el viejo verde, el tan deseado dólar, ese sale a la calle todos los días sin tapabocas y cada día se acerca más a las nubes; hoy cuando escribo este artículo cierra el día en 663.600 Bs por dólar, y con un otro aumento del salario a 1.200.000 de bolívares, nuevamente vuelve a estar por debajo de los 2 $ al cambio, por lo tanto seguimos teniendo el salario más bajo en comparación con cualquier otro país.
Y me pregunto: ¿cómo sobreviven los venezolanos?
Definitivamente de la mano de Dios.
Para nadie es un secreto que en Venezuela no funcionan los servicios públicos. No hay agua, ni gas, ni internet, ni transporte público.
Por ejemplo, en mi Estado, en el Zulia, la gasolina llega de gota en gota, la electricidad es intermitente, somos el titilar nocturno de VENEZUELA donde además del famoso 7×7 tenemos un 12×12 un 15×9 un 24×48, (horas luz).
Existen comunidades que no contaban con 220v y ahora tienen 10 y hasta más días sin 110v, hay comunidades de 10 20 viviendas que tienen meses sin el servicio eléctrico que con las fluctuaciones explotó el transformador y la empresa Corpoelec no está en capacidad de suministrar uno nuevo, y, deben comprarlo los usuarios a un costo de 6.000 $ (saquen sus cuentas).
Vivimos bajo el desastre, por más dinero en bono que repartan, cajas Clap, no alcanza.
Eso es solo una limosna para lo que necesitamos en Venezuela, además de padecer de una mega hiperinflación es difícil sobrevivir.
Sin contar con el mapa político dividido en 3 y 4 partes en donde cada uno solo les importa su posición y permanencia dentro de la política y poco le importa el sufrimiento del pueblo, que una vez los eligió y apoyó, si les importara, ya se hubieran puesto de acuerdo poniendo por delante al país .
Desde Unidad Visión Venezuela llamamos al país a organizarse en aras de tomar el control y decidir por nosotros que es lo mejor y, no buscar mesías, ni esperar que vengan a salvarnos desde afuera, ni obedecer a lo que otros decidan qué es lo mejor para todos.
Somos nosotros quienes tenemos el control como pueblo mayoritario y unido, y decidir quitar, poner y castigar con el voto a todos los que consideramos que nos han defraudado.
Mientras tanto seguimos en las manos de Dios.
seryhumano.com / Esther Perozo*
* Secretaria General Unidad Visión Venezuela Zulia
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