Por Jacinto Sergent

Los Mundos Paralelos existen, aquí, entre nosotros, en nuestros espacios más íntimos. Mundos paralelos de pensamientos, de sueños. Mundos donde somos nuestro propio ideal, donde somos héroes si así lo queremos.
El optimismo es una de las cualidades humanas más envidiadas por aquellos que no tienen vida propia, sino que viven artificialmente al pretender ser su propio sueño fuera de sus sueños. Cada vida se corresponde a su espacio.
El mundo paralelo de lo virtual se vive acompañado de personas reales, solo que allí también veremos pretensiones desatadas de personajes irreales que son en sus mundos paralelos, pero en el mundo virtual donde aseguran pueden manifestarse con convicción de no ser detectados.
Muchos son Alter Ego de “sí mismos”, de forma tan exagerada que terminan por ser modernos Doppelgänger ese que tal vez siempre rechazaron. Ese lado oscuro de doble moral y hasta malvado, “El Otro Yo del Doctor Merengue”.
Puedo ejemplarizarlo como ese de quien se quejan las mujeres de este Mundo Virtual en el Mundo que llamamos Mundo, donde no hay escudos ni filtros. Se quejan de los personajes que les escriben en privado pretendiendo hacer realidad su sueño de seductor.
Lo cierto es que para muchos es divertido nuestro Mundo Virtual; ellas se embellecen como las muñecas de sus juegos que llevan sus rostros y personalidad, se ríen de ello con sus amigas físicas y solidarizan con las virtuales.
En mi caso, no puedo ni debo hablar por los demás, me la paso tomando café por todo el planeta, entre señales reales y otras imaginarias. Las reales en cualquier cafetería de mi Venezuela o sin alejarme mucho de las fronteras. Las imaginarias son sueños que no afectan a otros, pero que disfrutamos en la soledad acompañada de las redes.
Por suerte o con razón compartida, muchos entran en mi Mundo de Café, así ya no es solo mío, lo compartimos y hasta nos tomamos nuestras tazas simultáneamente visualizando el espacio y compañía tal como lo queremos vivir.
Hacemos planes, tenemos gustos similares, otros no toman café, pero les divierte compartir con todos los que coincidimos en mi Mundo de Café. Es un Mundo Virtual, es un sueño donde podemos realizar cualquier sano ideal, como aquel de Juan Luís Guerra, y veamos llover café en el campo.
La vida es sencilla, los complicados somos nosotros. Las Redes Sociales son nuestra oportunidad de hacer realidades nuestros sueños, nuestros deseos. La oportunidad de realizar nuestro amor sin ayuda de algoritmos. No conocemos lo que vendrá.
En 2000 lamenté no ver autos voladores como en “Los Supersónicos”; pero hoy disfruto del reloj pulsera de “Dick Tracy”. Entonces se avizoraba sin maldad nuestro destino por lo micro, lo nano, lo bio, y aquí estamos entre paredes en encerronas viendo el mundo gracias a la nanotecnología por causa de la biotecnología.
Me importa todo esto que sucede, me afecta; pero seguiré compartiendo café mientras espero la masificación del Teletransportador de la Enterprise; cada día mi taza de café con las personas de mi aprecio auténtico, de mi amor incondicional, de mis sueños románticos que no escapan aún de los siglos XVII y XVIII, conocer en persona la chica que me gusta, reencontrarnos en un domingo familiar, volver a ser todos juntos.
seryhumano.com / Jacinto Sergent
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