Palabra del Día

LECTURA DEL DÍA


Del libro del Éxodo 40, 16-21. 34-38
Lázaro

Lázaro

En aquellos días, Moisés hizo todo lo que el Señor le había ordenado. El día primero del primer mes del año segundo, se construyó el santuario. Moisés lo construyó: colocó los pedestales y los tableros, puso los travesaños y levantó las columnas. Después desplegó la tienda por encima del santuario y sobre ella puso, además, un toldo, como el Señor se lo había ordenado.

Colocó las tablas de la alianza en el arca; puso debajo de ella los travesaños y por encima la cubrió con el propiciatorio. Llevó entonces el arca al santuario y colgó delante de ella un velo para ocultarla, como el Señor se lo había ordenado.

Entonces la nube cubrió la tienda de la reunión y la gloria del Señor llenó el santuario. Moisés no podía entrar en la tienda de la reunión, pues la nube se había posado sobre ella y la gloria del Señor llenaba el santuario.

Y en todas las etapas, cuando la nube se quitaba de encima del santuario, los hijos de Israel levantaban el campamento, y cuando la nube no se quitaba, se quedaban en el mismo sitio. Durante el día la nube del Señor se posaba sobre el santuario y durante la noche había un fuego que podían ver todos los israelitas desde sus tiendas.

EVANGELIO DEL DÍA

Evangelio según Juan 11, 19-27

En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para consolarlas por la muerte de su hermano Lázaro. Apenas oyó Marta que Jesús llegaba, salió a su encuentro; pero María se quedó en casa. Le dijo Marta a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora estoy segura de que Dios te concederá cuanto le pidas”.

Jesús le dijo: “Tu hermano resucitará”. Marta respondió: “Ya sé que resucitará en la resurrección del último día”. Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquel que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees tú esto?” Ella le contestó: “Sí, Señor. Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”.

PALABRAS DEL SANTO PADRE

«¡Dios es amor! Y solo por el camino del amor puedes conocer a Dios. El amor razonable, acompañado de la razón. ¡Pero amor! ‘Mas, ¿cómo puedo amar lo que no conozco?’; ‘Ama a los que tienes cerca’. Y esta es la doctrina de los dos mandamientos:

El primero y el más importante es amar a Dios, porque Él es amor; el segundo es amar al prójimo. Ahora bien, para llegar al primero hay que subir por los peldaños del segundo: por el amor al prójimo llegamos a conocer a Dios, que es amor. Sólo amando razonablemente, es decir, amando sin cesar, podemos arribar a este amor».

(Santa Marta – 8 de enero de 2015)

seryhumano.com

Tomado de vaticannews.va

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