En El Canal de Suez, Albert Rieger (1834-1905) plasma una de las empresas más arduas de la historia. Abriéndose camino a lo largo de la tela, el incompleto canal hecho por la mano del hombre lleva la mirada del espectador hacia la lejanía y le hace atravesar las tierras de Egipto.La escena documenta el avance de una importante conquista tecnológica: el canal de Suez, que quería unir Oriente y Occidente, el Mar Mediterráneo con el Mar Rojo.
Las rutas comerciales no tardarían mucho en ser más rápidas y menos peligrosas; surgirían nuevos mercados y, muy pronto, el canal de Suez se convertiría en el centro del mundo. Rieger pintó esta obra en 1864, cinco años antes de que concluyera el proyecto.
Curiosamente, este testimonio puntual en el que se muestra un mundo a punto de cambiar acabó en el despacho de uno de los hombres que contribuyeron a generar ese cambio: el barón Pasquale Revoltella, un rico empresario de Trieste que fue uno de los principales impulsores del canal.
En la actualidad el óleo sobre lienzo “El Canal de Suez” está en el Museo Cívico Revoltella, creado en el palacio donde el empresario pasó los últimos años de su vida y que se considera una de las salas de arte moderno más importante de Italia.
seryhumano.com / Jaime Middleton