Maltratada, separada brutalmente de su familia, de sus raíces y creencias e incursionada a nuevas tierras, llega Azu llena de temores a un lugar completamente desconocido por ella. Ésta es una exquisita historia de época, en la que su director Luis Alberto Lamata, muestra una Venezuela poco conocida por muchos, recreando de esta manera la imaginación del espectador a tiempos pasados, donde el poder de los blancos y la iglesia era superior a cualquiera.
“Hablar de un espacio no reconocido es importante y bello, al igual que hablar de las afrodescendencias” recalcó José Antonio Varela, Director de La Villa del Cine. Azu muestra la verdadera historia acerca del racismo por el cual han tenido que pasar las personas de color; en ella se recrea la manera en que eran traficados los negros y vendidos a los blancos, para el trabajo doméstico o simplemente para satisfacción sexual de sus amos. Tal es el caso de esta joven con alma de princesa, joven a quien quisieron arrebatarle su virginidad a la fuerza, pero gracias a su temple y agresividad, nunca se pudo llevar a cabo tal hecho.
En el film, se toman en cuenta las culturas y creencias primitivas que poseían estos negros, utilizando a la mariposa como señal de libertad, una libertad con la que soñaban todos, hasta que Azu llegó a sus vidas y fue la encargada de dar por cumplido tal hecho, luego de una serie de rituales que marcarían la llegada del día tan anhelado. Guiados por Azu, la mariposa y los dioses africanos, estos esclavos logran huir del mandato de los blancos, aprovechando la muerte de su ama y recibiendo la señal emitida por el conjuro realizado con la mariposa, logrando sobrepasar todos y cada uno de los obstáculos que se les presentaron en el camino.
La historia conto con 8 versiones, hasta llegar a la última de ellas realizada por su director, versión que será mostrada en la gran pantalla. “Nació de manera colectiva, uno no hace nada solo, Azu es una historia colectiva”, puntualizó Lamata. Su protagonista Flora Sylvestre, a pesar de no poseer estudios de actuación, tuvo una presentación impecable a lo largo de toda la película, al mismo tiempo que dejó bien claro el mensaje de la misma, haciendo un llamado a todas las personas que aun sufren estos prejuicios. Flora nos relata que “Cuando tenía 8 años, dirigiéndome a mi casa un hombre se me acercó, me gritó negra estúpida y me escupió la cara, llegue a mi casa y mi madre me limpió el rostro al mismo tiempo que me advertía que en el mundo existen malas personas”.
Acciones como esta la impulsaron a seguir de pie, luchando cada día por lo que se quiere, resguardando el futuro de sus hijos y nietos para que no pasen lo que a ella le tocó, esta es la verdadera esencia de la película, mostrar el rechazo errado que existe en la mayoría de las ocasiones hacia las personas afrodescendientes, ignorando que son tan iguales al resto de la humanidad.
seryhumano.com / Luis Primera.