Hoy en día vivimos en una era donde las películas de horror se encuentran infestadas de porno “gore” (sangre en exceso), tortura y muy pocos elementos que asustan al espectador de verdad. Por mi parte, yo me quedé desencantado de ese género hace mucho tiempo. Por eso, me he quedado tan sorprendido por esta cinta llamada El Conjuro, ya que nos ofrece una visión diferente, aunque no muy novedosa, pero refrescante donde no hace falta muestras gratuitas de sangre para sacar unos cuantos gritos a la gente.
El Conjuro está inspirada en hechos reales y nos cuenta la historia de Ed y Lorraine Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga), un matrimonio que se encarga de “cazar fantasmas”, por así decirlo.
Él es un demonólogo a quien la Iglesia lo reconoce como el primer exorcista civil y ella una clarividente traumatizada por un evento anterior. Ellos dan conferencias sobre todos los eventos que se han encontrado, pero nada los preparó para los eventos que ocurrieron en 1971, cuando Roger y Carolyn Perron (Ron Livingston y Lily Taylor) los cuales se mudaron con sus cuatro hijas a una vieja casa en Rhode Island, donde apariciones empezaron a hacerles la vida imposible.
A Carolyn le salen moretones, a una de las niñas la halan por las piernas mientras duerme, otra se comunica con un niño muerto, etc. Los Perron son de clase media-baja y no tienen como para comprar otra casa (esto me hace recordar a la película venezolana La Casa Del Fin De Los Tiempos). Entonces, ellos recurren a Los Warren para que exorcicen la casa y alejen a los malos espíritus y lo más interesante es que cada uno de los protagonistas tiene su historia y eso hace que nos interesemos más en ellos que en los eventos en sí.
Lo más curioso de esta cinta es que la dirige James Wan, a quien le debemos la película original de Saw: Los Juegos Del Miedo, en donde la tortura y el “gore” estaban a la orden del día. Sin embargo, este joven director cambia de estrategia y apuesta por una película sumamente atmosférica, donde los sustos llegan en su momento, en ocasiones, hasta de sorpresa, y el hecho de que la película esté basada en hechos reales la hace más atractiva.
Las actuaciones están bastante sólidas y la fotografía cumple su cometido, envolviéndonos en los eventos que transcurren en la cinta. En definitiva, es una de esas pocas películas de horror que nos mantiene en vilo, aunque puede que no sea del agrado de un público más joven, quienes esperan ver sangre y carne volando por la pantalla. El Conjuro es altamente recomendable.
seryhumano.com / Luis Miguel Ramos