Las parejas cuando están unidas por el alma, logran un nivel de compenetración que pueden comunicarse incluso mucho antes de conocerse.
Caminan de la mano en sitios públicos.
Se dedican canciones, poemas, flores y pensamientos.
Vuelan en secreto a media noche y se cuelan entre las pestañas dormidas.
Se huelen en silencio a kilómetros de distancia.
Bailan armoniosamente en diferentes vidas.
Se conjugan en el verbo amar en tiempo presente perfecto.
Tocan el piano con la punta de las ganas de conocerse. De encontrarse.
Habitan desnudas en la candidez de sus hijos.
Equilibran el camino que han de transitar descalzos de inocencia.
Se bañan vestidos de cuerpo entero en la ducha de sus recuerdos.
Hacen el amor llenos de sexo.
El erotismo está presente hasta cuando se toman de manos.
Los abrazos se colisionan en la piel compartida.
La imaginación se come la rutina en el iris de sus ojos.
Los gritos traspasan las paredes de sus corazones.
Porque las parejas cuando se unen por amor son dos historias contadas al mismo tiempo por Dios.
seryhumano.com / Morelba del Valle Martinez Inciarte