Lo siguiente llegó a mis manos de manera anónima, y por más que se esforzó parte del equipo de trabajo de la revista para conseguir el autor del escrito, fue infructuoso dicho esfuerzo. Aún así, consideramos que las palabras que leerán a continuación _aunque es la opinión de una persona, refleja el sentir de muchas otras_, no pueden pasar desapercibidas en un momento crucial de la historia contemporánea de Venezuela, dónde los jóvenes estudiantes son los protagonistas.
“ .. esto lo envió una amiga que está apoyando a los chamos*:
Hermoso mensaje, digno no solo de reenviar sino de reflexionar….
Yo estoy con los muchachos, miro cantidades de fotos, ellos, los muchachos, su furia, su ira, su inconformidad, su rabia, ¿y por qué no?, su poquito de odio, su gramo de violencia. No son santos, ni rezanderos, ni civilistas, ni poetas. Son eso, muchachos.
No están hechos de razones, sino de corazones. Sus ojos encendidos de tanto humo verde, la piedra en la mano, la china estirada y calculada, la botella de cerveza hecha de trapo y gasolina, de trapo y querosene, botellita ingenua que escupe fuego contra balas. Igual, estoy con los muchachos.
Con esa carajita que no pasa los 20 y le hace una gran puñeta a la tanqueta. Con esa que abraza al Guardia tratando de ablandarlo para que no le dispare. Con ese que le pinta una paloma con brazo tatuado de guerrero, como si la grosería derrumbara la escopeta. Con la que saca el violín y entona el “Gloria al bravo pueblo”, como si la Guardia la fuera a entender.
Yo estoy con los muchachos, equivocados o no, con su megáfono y su resistencia, su guarimba y su desobediencia, con los que se escapan de las madres, que ya no pueden atarlos a las casas. Los muchachos que hicieron de la calle su campo de defensa.
Con los muchachos que se empecinan en despertar un país dormido que solo se lamenta, un país verbo, país paz de la fea, de la sumisa, de la conferencia.
Yo estoy con los muchachos, olvidé para qué sirve el verbo, les llevo agua, trapos y vinagre. Los muchachos que me recuerdan que aún no estoy muerta, que este país es mío, que este país nos merece.
Estoy con los muchachos, equivocados o no.
Estoy con los muchachos que lloran en la noche calladitos, que se soban los moretones y entierran a sus muertos.
Estoy con los muchachos, inocentes, ingenuos, luchadores, soñadores…quizá porque tuve 20, quizá por vergüenza de dejarlos solos, no sé, por irresponsable, por mi pequeña cuota de odio, porque creo en las conquistas, no en las regalías; porque soy como ellos, un poco tonta, otro bravía, o simplemente porque no me da la gana de dejarle mi país a las hienas.
Estoy con los muchachos, con sus rostros cenizas, sus manos heridas, sus rodillas peladas, con su afonía, con su cansancio, con su duelo, con su llanto, con su frustración, con su impotencia; con cada piedra, en cada noche, en cada día de esta gran revuelta.»
seryhumano.com / Anónimo
*Chamo: Sinónimo de joven, muchacho, chico en Venezuela