En efecto, apareció una Luna sangrienta. En España solo los canarios han podido ver el inicio del fenómeno, pero los habitantes de Norteamérica y la costa del Pacífico sudamericana disfrutaron esta madrugada de la primera de las «cuatro lunas de sangre», un acontecimiento que no ocurría desde hace diez años.
El eclipse total de Luna comenzó a las 7.50 horas (hora peninsular española) y una hora después ha alcanzado la fase de umbra, en la que el satélite ha quedado totalmente oculto. Fue entonces cuando se produjo lo más esperado, el cambio de color, que ha pasado del marrón al anaranjado hasta alcanzar un tono más rojizo. En total, el proceso duró 78 minutos.
Los eclipses totales de Luna se producen cuando hay un alineamiento casi perfecto entre el Sol, la Tierra y la Luna, al proyectar nuestro planeta su sombra sobre el satélite cuando está en fase de Luna llena (el último se produjo el 10 de diciembre de 2011). Sin embargo, el satélite natural no desaparece de la vista, sino que se tiñe de rojo. Este proceso, que parece mágico, tiene una explicación científica: está relacionado con el reflejo del Sol en la atmósfera terrestre. Ésta, que se extiende unos 80 kilómetros más allá del diámetro terrestre, actúa como una lente desviando la luz solar, al tiempo que filtra eficazmente sus componentes azules dejando pasar solo la luz roja.
El fenómeno entusiasmó a numerosos curiosos y aficionados a la astronomía que dejaron constancia de la experiencia en las redes sociales. Aquellos que no podían verlo en directo pudieron seguir el eclipse a través de la web de la NASA y de la del proyecto GLORIA, en el que participa el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), que retransmitía, bajo la dirección del español Miquel Serra-Ricart, desde Perú.
Además de por el cambio de color, el fenómeno es excepcional porque es el primero de la tétrada, una sucesión de cuatro eclipses totales de Luna seguidos con un intervalo aproximado de 6 meses durante dos años. Este del Martes Santo ha sido el primero. Los próximos serán el 8 de octubre de 2014, el 8 de abril de 2015 y el 28 de septiembre del mismo año. Todos ellos serán totales. Esta sucesión de eclipses no es muy frecuente; durante 300 años desde 1600 no se produjo ninguna tétrada.
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Fuente: abc.es